El presidente de Estados Unidos Barack Obama prestó este domingo juramento para repetir en el cargo. Mañana hará lo mismo en una ceremonia abierta al público en Washington, cuyas calles comenzaron a cerrarse como medida de seguridad.
La de hoy fue privada a la que solo asistieron autoridades indispensables y un reducido número de familiares.
Para los actos de mañana, lo que se espera presencien unas 800 mil personas, ya comenzaron los preparativos de logística y seguridad. Aunque se tiene previsto una menor cantidad de asistentes que a la juramentación anterior, la seguridad de ahora es mayor.
Entre las medidas implementadas está la labor de 42 agencias federales, incluyendo el Servicio Secreto, el FBI, la policía del Capitolio de EE.UU. y el Departamento de la Policía Metropolitana de la capital. Desde ya las calles lucen llenas de agentes.
De acuerdo al programa, unos 6.000 soldados de la Guardia Nacional, en representación de más de 10 estados, colaborarán en el plan de seguridad para la investidura. Se dedicarán a controlar el tráfico de las personas.
A estos agentes se unirán casi 4.000 oficiales de la policía metropolitana. También habrá otros otros 3.000 agentes seleccionados de todo el país y un número indeterminado de agentes federales.
Como medida de seguridad, además, se ha prohibido en el lugar los globos, spray, bicicletas y cualquier tipo de armas.
