El presidente de Honduras, Porfirio Lobo, destacó el papel jugado por el ex presidente Leonel Fernández en la normalización de la vida de ese país. El mandatario hondureño habló en la condecoración del expresidente dominicano, el pasado 31 de Honduras, en el palacio de Gobierno “José Cecilio del Valle, en Tegucigalpa. A continuación, sus palabras:
Excelentísimo Señor Presidente,
El Pueblo y Gobierno de Honduras se sienten honrados con su visita a la tierra de Lempira, Morazán y Valle.
Este día lo acogemos en la Casa de Gobierno la cual lleva el nombre del más sabio de los hondureños, para entregarle la máxima condecoración que honra su memoria, la Orden Civil “José Cecilio del Valle” en el Grado de Gran Cruz de Oro.
Lo hacemos, Señor Presidente, para reconocer sus méritos como americanista y como demócrata. Como un ejemplar discípulo dominicano del pensamiento del prócer hondureño quien soñó una América unida y un Continente independiente.
Durante su último mandato como Presidente de la hermana nación de la República Dominicana, usted contribuyó de manera decisiva y desinteresada con la causa de la paz, la reconciliación y el afianzamiento de los valores democráticos en Honduras.
En momentos álgidos para nuestro país, cuando las puertas se cerraban y muchos nos mostraban la espalda, Usted tuvo la visión de un estadista. Pudo ver más allá de las circunstancias coyunturales. Entendió el momento histórico que vivía Honduras y divisó con claridad las demandas del futuro democrático de esta nación centroamericana que hoy le recibe agradecida.
Con sabiduría y desprendimiento, Usted abrió la posibilidad de iniciar la ruta hacia la solución de la más profunda crisis política que vivió nuestro país en el último siglo de su historia.
La proverbial amistad y hospitalidad dominicana se convirtieron en vehículos de una solución política que nos permitió comenzar a sanar las heridas en el tejido político y social de Honduras e iniciar la reconstrucción de la institucionalidad democrática.
Usted visita Honduras tres años y medio después de mi toma de posesión.
Esta es una Honduras diferente.
La Honduras convulsa del 2009 quedó atrás.
El odio, el encono y la crispación que caracterizaron aquellos tiempos aciagos quedaron atrás.
La quiebra institucional fue superada.
El aislamiento internacional ha sido salvado.
La Honduras que usted visita hoy sigue teniendo muchos retos frente a sí. No obstante hemos podido retomar el rumbo de la libertad y de la paz.
En noviembre pasado fuimos a un proceso de elecciones internas con una altísima participación popular. En apenas cuatro meses los hondureños concurrirán de nuevo a las urnas para decidir su futuro mediante el libre sufragio.
Esta vez nueve partidos políticos y ocho candidatos presidenciales competirán por conquistar la voluntad del pueblo hondureño.
Sin violencia.
En el respeto a la Constitución y las leyes.
Sin manipulación para prolongar un mandato o continuar en el poder.
Con la certeza de que su decisión libremente expresada será respetada.
Es cierto que todo ello es en gran medida atribuible al mismo pueblo hondureño quien repetidamente ha decidido vivir en paz y en democracia.
Pero también debo señalar que en buena parte se lo debemos a ciudadanos del mundo como usted, que nos tendieron la mano para cruzar aquellas turbulentas aguas y encontrar la otra orilla: Sobre ella pudimos asentar el pie con firmeza para emprender el camino difícil que nos ha traído hasta aquí. Justamente hasta aquí. A las puertas de un nuevo proceso electoral a las puertas de un cambio pacífico de gobierno.
Por estas razones Presidente Fernández, el Pueblo y Gobierno de Honduras le honran hoy. Le dicen gracias. Le reiteran su gratitud imperecedera, a Usted como Ilustre Estadista y por su medio a todos hermanos dominicanos, hijos de la admirable Patria de Juan Pablo Duarte.
Muchas gracias.
