El Presidente pasó un día muy agitado

A las 9:40 a.m., cuando se asomó a la avenida Enriquillo el carro negro marca Audi, placa 01 con dirección al Congreso Nacional, el presidente Danilo Medina, a quien trasladaba, tal vez ya sabía que el día de ayer quedaría grabado en la historia&#823

A las 9:40 a.m., cuando se asomó a la avenida Enriquillo el carro negro marca Audi, placa 01 con dirección al Congreso Nacional, el presidente Danilo Medina, a quien trasladaba, tal vez ya sabía que el día de ayer quedaría grabado en la historia política de la República Dominicana.  Más temprano, el mandatario había dicho en Twitter que el 27 de Febrero, día en que iba a presentar las memorias de los primeros seis meses de su gestión, sería “particularmente especial”.

Acompañado de su esposa Cándida Montilla, y custodiado por un fuerte dispositivo de seguridad, el jefe de Estado recorrió 10 minutos desde la avenida Enriquillo número 64, donde está ubicada su residencia, hasta llegar a su destino: el Centro de los Héroes.

La caravana presidencial la conformaban unos 11 vehículos que al unísono se trasladaron a una mínima velocidad de 40 kilómetros por hora. Medina arribó a la explanada frontal del Congreso a las 9:50 a.m. De inmediato se escuchó una salva de 21 cañonazos y un batallón de honor de las Fuerzas Armadas rindió los honores militares. Acto seguido, el mandatario saludó a un puñado de simpatizantes que lo esperaban, sin imaginarse, quizás, que dos horas y media más tarde, luego de su alocución ante la Asamblea Nacional, recibiría una andanada de solicitudes de cambio tanto a su llegada a la Catedral Primada de América, donde participó en el tedéum por motivo del 169 aniversario de la Independencia, así como en el Altar de la Patria, adonde acudió a depositar una ofrenda floral en honor a los fundadores de la República.

Cuando Medina llegó al templo católico, a las 12:25 del mediodía, decenas de personas le gritaron que confiaban en él, pero que esperaban grandes cambios en la administración pública. Pedían que “quitara” a funcionarios “corruptos” y a los “viejos”. La multitud provocó un tumulto del cual se aprovecharon los pedigüeños denominados “pica pica”, para abordar a los funcionarios.

Allí hubo forcejeos, gritos y empujones, entre los “pica pica”, agentes de seguridad de los funcionarios y ciudadanos que querían acercarse al Presidente para entregarle sobres y cartas con peticiones de favores. Parecida fue la situación tras depositar la ofrenda en el Altar de la Patria, desde donde regresó a su casa.

Medina terminó con una alta valoración en las redes sociales y diversos sectores: tocó la revisión del contrato con la Barrick, como esperaba mucha gente.

Compromiso
“Reafirmo mi férrea voluntad de gobernar con el oído en el corazón del pueblo”, tuiteó Medina, antes de su alocución.

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