Santiago.- Alarmados por el aumento de muertes por dengue, la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra y su equipo médico lanzó una propuesta que consiste en la creación de un Instituto de Enfermedades Transmisibles por Vectores.
Durante rueda de prensa, los expertos en el área de la salud criticaron la falla que de forma sistémica permite que la República Dominicana sea el país de América Latina con más decesos por dicha enfermedad.
Marina Moreno García, decana de la facultad ciencias de la salud de la PUCMM, junto a Cecilia Buchanan, Fernando Rojas, Rosario Granados y Marien Batle consideran alarmante la cifra de cien víctimas.
Tan solo ayer, en el hospital infantil Arturo Grullón de Santiago tenían ingresados 26 pacientes afectados por dengue. En ese centro han muerto 11 menores.
De esa cifra 15 son de comunidades de Santiago, tres de La Vega, dos de la provincia Duarte, el resto de Puerto Plata, Valverde y Monseñor Nouel. De estos, tres son de cuidados, de acuerdo al informe de ese centro de salud.
La propuesta además de buscar enfrentar el dengue busca combatir la Chikungunya, Sika y la Malaria, todas propagadas por la picadura de un mosquito.
Plantearon que los centros de atención se autoevalúen utilizando una lista de verificación que los oriente sobre los instrumentos, herramientas y recursos que deben proveer para que el personal de salud realice una atención de calidad.
“No se puede tener un seguimiento de temperatura del paciente si no se cuenta con termómetro o formularios de registro de los principales parámetros que garanticen el seguimiento comprensible”, apuntan los galenos.
Entienden necesario que tanto los centros de salud públicos como privados colaboren con la notificación obligatoria de los casos probables de dengue, además de realizar las pruebas de laboratorios que corroboren los diagnósticos presuntivos, por lo menos en los primeros casos de presencia en una localidad o pequeño territorio.
Planteamientos
El Instituto de Enfermedades Transmisibles por Vectores deberá estudiar los vectores, los lugares de mayor riesgo, las zonas más vulnerables, con el objetivo de contribuir al diseño de políticas de salud pública que mitiguen enfermedades como el dengue, malaria, chikungunya. Plantean trabajar en el desarrollo de una vigilancia epidemiológica y entomológica muy activa y apoyada con los colaboradores de la comunidad.