El pueblo de EUA y el triunfo de Trump

Como era de esperarse, el triunfo del empresario Donald Trump en las elecciones para elegir al nuevo presidente de los Estados Unidos ha generado diversas interpretaciones, análisis y comentarios, luego de que se dieran a conocer los resultados de…

Como era de esperarse, el triunfo del empresario Donald Trump en las elecciones para elegir al nuevo presidente de los Estados Unidos ha generado diversas interpretaciones, análisis y comentarios, luego de que se dieran a conocer los resultados de unos de los procesos electorales más controversiales en la historia del coloso de Norteamérica.

Y sí que existen razones más que suficientes para que en el mundo entero este acontecimiento sea, sin lugar a equivocarme, la noticia más importante de todos los medios de medios de comunicación.

Trump, como él mismo lo ha dicho en múltiples ocasiones, no es un político. Tampoco tiene ese gran arraigo dentro de la clase históricamente gobernante en los Estados Unidos, lo que agrega mayor interés al tema de su elección como presidente del país más poderoso del mundo.

Sobre este hombre, además de rico definido como controversial, se tejen una y mil conjeturas en torno a cómo será su estilo de gobernar, partiendo de que estará al frente de una de las sociedades más complejas que la humanidad haya podido conocer.

A Trump lo cubre un aura de hombre polémico, que no rehúye pleitos ni discusiones. Y pelea hasta más no poder para imponer su punto de vista, siempre al mejor estilo de libre pensador.

Entonces, son estas características las que mueven a una larga lista de analistas políticos a suponer que Estados Unidos se prepara para tener a un primer mandatario como quizás nunca había soñado, aunque los resultados de su gestión no son realmente fácilmente predecibles.

Y esta última afirmación queda justificada en que en política no siempre lo dicho en campaña se concretiza en el terreno práctico del poder. Las amenazas de Trump en torno a lo que serán sus políticas en temas tan puntuales como la migración, hasta el momento no son más que el recuerdo de una campaña matizada por denuncias y contradenuncias.

Ahora resta esperar que este magnate asuma como presidente. Mientras, existen temores y tensiones en una amplia comunidad hispana que vive en Estados Unidos desde hace varias décadas, adonde viajó con el objetivo firme de mejorar sus condiciones de vida, afincada en el codiciable sueño americano.

Sin embargo, entiendo que fuera de lo dicho en zafra de campaña electoral, no es prudente adelantar juicios negativos sobre el destino de los Estados Unidos en los próximos cuatro años. No podemos olvidar que Trump es un estadounidense que responde a los intereses del pueblo que creyó en su discurso y lo premió con un triunfo arrollador.

Trump se impuso por encima de una mujer con gran experiencia en el campo político, Hillary Clinton. Rompió todos los vaticinios y se impuso a los pronósticos derrotistas del propio partido que lo postuló.

Esta experiencia electoral deja un importante mensaje a la clase política de todo el mundo: El pueblo sigue siendo el soberano y quien decide lo que quiere. La voluntad de un pueblo no se puede doblegar ni manipular de forma burda y aplastante, como suele ocurrir en países donde la democracia todavía es un proyecto en curso.

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