En días recientes, el distinguido periodista Marino Zapete, viendo las dificultades que tengo para desplazarme, me preguntó si yo estaba en condiciones de poder dirigir importantes obras. Le contesté que sí, y que además tenía la presencia en mi organización de mis hijos y nietos, ya tres de ellos graduados, y que por lo tanto podía asumir cualquier reto, porque me sentía con capacidad y aptitud para dirigir, además contaba con personal ampliamente calificado.
Hay varias razones que me permiten asumir esto como una realidad, como son:
a) Generosidad y benevolencia de mis viejos compañeros de trabajo, que se han empeñado en mantener o mejorar su efectividad en sus labores.
b) Tratamiento recibido de mis familiares y amigos cercanos, que me han ayudado grandemente.
c) Confianza en los avances científicos en el manejo de la enfermedad.
d) Respaldo increíble de nuestra clientela en el sector construcción.
e) No he dejado ni un día de asistir a mi oficina, manteniéndome permanentemente al tanto de las actividades.
f) Benevolencia extrema por el reconocimiento en general de mi largo tiempo de trabajo y esfuerzos. Y por último:
g) Benevolencia de Dios, quien me ha permitido seguir laborando con el mismo entusiasmo de siempre.
Sólo me falta pedir al Todopoderoso que me conceda el poder realizar con mi organización el proyecto que nos sea encomendado, y así contestar con hechos la pregunta del apreciado amigo periodista.
