Relaciones domínico-haitianas: el futuro

Responso para Jacques Viau Renaud“Toda la isla para ti, compañero.Toda la tierra agridulce de los pueblos para ti, compañero.

Responso para Jacques Viau Renaud
“Toda la isla para ti, compañero.
Toda la tierra agridulce de los pueblos
para ti, compañero.
Todos los hombres, todas las mujeres,
todos los niños de las patrias para ti,
compañero.
Derribado sobre el mundo entre la pólvora y los gritos, entre el llanto y los cantos
libérrimos.
Compañero, la yerba y los terrones, los
redondos álamos y los bosques, la garganta
de los ríos, el clamor de los hombres, para cantarte.
Los brazos potentes del pueblo, para
lzarte.
Las banderas de las islas para ondear tu sonrisa donde el amor derrota el tiempo.
Compañero, la libertad desde ti hacia
nosotros en tus cantos y en tus huesos,
en tu corazón tranquilo integrado al
renacimiento, a los hijos que vendrán de las entrañas del pueblo.
Por siempre, compañero.

Hoy tomo algunas palabras prestadas. No quiero repetir lo que otros han dicho, y lo han hecho muy bien. En primer lugar me permito copiar un fragmento de las palabras de clausura, a las que puso por título “Antihaitianismo Histórico, antihaitianismo de Estado. El Futuro de las Relaciones Domínico-Haitianas” del amigo y colega Frank Moya Pons en el Seminario: Las Dos Naciones de Quisqueya: Relaciones Haitiano-dominicanas a la vuelta del Siglo, organizado por el Instituto de Estudios Dominicanos de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY), el día 8 de diciembre de 1995. A pesar de que han transcurrido casi 17 años, la reflexión de Frank, sigue siendo válida. Me sumo a sus planteamientos, por eso, en vez de repetir, transcribo parte de sus palabras:

“Las relaciones domínico-haitianas van a evolucionar en función de cómo evolucione el antihaitianismo en la República Dominicana. Fíjense que durante el día de hoy ninguna de las presentaciones tenía nada que ver con el antihaitianismo ni con el antidominicanismo, pero esos fueron dos temas que surgieron y se discutieron continuamente… quisiera proponerles que pensemos el antihaitianismo separadamente, en dos vertientes. A una de ellas vamos a llamarle “antihaitianismo histórico”, y a la otra propongo que le llamemos “antihaitianismo de Estado”. El antihaitianismo histórico surge de, y se sostiene en, la evolución real de ambos pueblos, de ambas naciones. En su origen remoto, este tipo de antihaitianismo tiene mucho que ver con las malas relaciones que sostenían franceses y españoles en el siglo 18 en la isla de Santo Domingo…

Ahora bien, el antihaitianismo de Estado también es un antihaitianismo político, pero a partir de la Era de Trujillo (1937 y 1938) su propósito fundamental no fue tanto mostrar las diferencias políticas con Haití, sino enfatizar las diferencias raciales con Haití. Durante la Era de Trujillo el antihaitianismo de Estado asume el racismo como elemento especial de su propia definición. Así ustedes pueden ver cómo los intelectuales de aquella época desarrollan un discurso racista que luego fue repetido “ad nausean” por los políticos y turiferarios del régimen trujillista… Para concluir con esta primera parte, digamos que el antihaitianismo de Estado se asienta en el soporte sociocultural del antihaitianismo histórico, y se sostiene y trasmite a través del sistema educativo y a través de los medios de comunicación que el régimen de Trujillo usó muy eficientemente para inculcar entre los dominicanos el odio, el miedo y el desprecio a Haití…

Ahora bien, lo que esto nos dice a nosotros es que si queremos mejorar las relaciones entre ambos países y entre ambos gobiernos, de alguna manera tenemos que cambiar la mentalidad antihaitiana en la República Dominicana. En cuanto al lado haitiano, los mismos haitianos tienen que decirnos cómo cambiar el antidominicanismo en Haití… el antidominicanismo es poco sistemático en Haití, en tanto que el antihaitianismo es más sistemático en la República Dominicana. En Santo Domingo hay doctrina y discurso acerca de cómo enunciar y practicar el antihaitianismo. Además, hay también jurisprudencia y prácticas policiales: al haitiano se le golpea y luego se le interroga. Esto es muy importante tenerlo en cuenta. Así que, si no cambiamos la mentalidad, de nada sirven los tratados… Creo que las relaciones domínico-haitianas están cambiando y que, en última instancia, sólo tienen un camino posible que es el de su mejoría. Podrá haber recaídas y dificultades, pero las relaciones domínico-haitianas no pueden sino mejorar en el mediano y en el largo plazo… No podemos pensar que las mentalidades puedan cambiar de la noche a la mañana, pero cambian. Las mentalidades son las estructuras más sólidas de la creación… pero tarde o temprano las mentalidades cambian… Mi visión del futuro ustedes ya la adivinan: es optimista, pero obviamente con las reservas del caso. Es optimista, en primer lugar, porque creo que existe un aceleramiento del proceso democrático en ambos países… existe una intensificación de los intercambios de todo tipo entre ambas partes de la isla, y existe un mejor conocimiento recíproco entre ambos pueblos y sus élites…”

En segundo lugar, quiero hacer referencia al estudio realizado por el Banco Mundial sobre el futuro económico de las dos naciones que componen la isla.  El equipo de académicos que hizo el estudio fue coordinado por el doctor Maurizio Bussolo. Parte de una realidad indiscutible: la asimetría existente entre las dos economías. Hecho que se refleja en Haití en la inestabilidad política y macroeconómica y en la baja inversión en infraestructura y capital humano. El
estudio propone una serie de políticas:

1. Ampliación del comercio bilateral, a través de:
a. Completar la integración comercial binacional con la liberalización multilateral. b. Flexibilizar las normas de origen para promover las inversiones y el comercio bilateral. c. Crear nuevas oportunidades de mercado a través de la diversificación comercial. d. Mitigar las limitaciones estructurales al comercio.

2. Regular las migraciones y las remesas, para lo cual es necesario:
a. Creación de un marco regulatorio para la migración y los movimientos de mano de obra entre ambos países, mediante una comisión binacional. b. Reducción de los costos de envío de remesas desde RD a Haití.

3. Tareas pendientes de la reconstrucción:
a. Aprovechar el proceso de reconstrucción para fortalecer las relaciones binacionales. b. Mirar la reconstrucción como proceso de oportunidad para diversificar las exportaciones del comercio regional. c. Garantizar la competitividad en Haití. d. Mantener la estabilidad macroeconómica, para lo cual es necesario que Haití reduzca los desequilibrios macroeconómicos y fiscales que afectan su propia competitividad.

¿Tiene razón el Banco Mundial en todas sus propuestas? Es posible que sus conclusiones y algunos de sus datos puedan cuestionarse. Es posible también que existan otras propuestas que también deberían discutirse. Pero lo cierto es que nos ofrece un punto de partida, para que ambos Estados, ambas sociedades se involucren en un proceso serio y comprometido de construir juntos un mejor destino para ambos países.

Nos queda ahora ver si el nuevo gobierno que inició ayer, 16 de agosto, tendrá una política de apertura y, sobre todo, de decisión para resolver tantos problemas que existen en las relaciones de estos dos países que integran nuestra isla. Nosotros somos, los habitantes de ambos países, la ciudadanía responsable que se preocupa por el futuro, los que debemos exigir a ambos Estados verdaderas políticas de cooperación, mutuo entendimiento y solución de los graves problemas que nos aquejan.

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