Sabidurías

La falta de adversidad es mala como la misma adversidad, plantean estudiosos. No estamos hechos para adversidad extrema, claro. Pero en su medida ésta es básica para edificar resiliencia. Hay personas que la mínima presión, las afecta mucho, de…

La falta de adversidad es mala como la misma adversidad, plantean estudiosos. No estamos hechos para adversidad extrema, claro. Pero en su medida ésta es básica para edificar resiliencia. Hay personas que la mínima presión, las afecta mucho, de forma inconsciente incluso. Variadas causas inciden. Por ejemplo, madres y padres que son en extremo pródigos, solícitos o sobreprotectores de sus hijos, fomentan que éstos se conviertan en gente impaciente, cómoda o transgresora. Presiones laborales o sociales los sacarán fácilmente de sus casillas, tendrán vicios o enfermarán. Requieren aumentar el umbral cerebral de confort con la dificultad, abrazarla sanamente. Un punto esencial es asumirla como oportunidad de crecimiento. “Sin dolor no se gana”, dicen los norteamericanos.

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