La debilidad del movimiento sindical favorecería al sector empresarial en la ejecución de planes como el desmonte de una serie de conquistas de la clase trabajadora, entre ellas la eliminación de la cesantía laboral y la limitación a cinco años del tiempo máximo de acumulación de prestaciones por parte de los empleados.La afirmación es compartida por el presidente de la Confederación Nacional de Unidad Sindical (CNUS), Rafael -Pepe- Abreu, y el abogado Ángel Veras Aybar, quienes señalan que para la lógica empresarial no es negocio el hecho de que los trabajadores duren largos años en una empresa, ya que su liquidación podría implicar la quiebra de la misma.
Coinciden en que a pesar de que la Constitución y el Código Laboral permiten el desarrollo de un sindicalismo libre y la negociación de pactos laborales tanto por empresas como colectivos, en parte la debilidad del movimiento sindical parece estar determinada por cuestiones económicas, políticas y sociales motorizadas por el empresariado.
Dirigentes sindicales del país coinciden en reconocer que el problema no son las normas vigentes. “Se percibe que hay cierta dejadez en los mismos trabajadores en organizarse, y eso en parte se debe al miedo a ser despedido, porque ese es un mecanismo de presión que usan los empresarios”, dice Pepe Abreu.
Responsabilidad compartida
Veras Aybar, director de postgrado de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), entiende que la actual cúpula sindical del país y la clase empresarial comparten la responsabilidad del declive del sindicalismo criollo.
Entiende que esa violación por parte del empresariado a la libertad sindical se debe a que saben que solo a través de los sindicatos los trabajadores pueden reclamar el 10% de las utilidades que por ley les corresponde.
Asimismo, sostuvo que al los trabajadores no estar organizados en sindicatos, la clase patronal bien puede manipularlos tanto política como socialmente.
“Desde hace unos 25 años lo que hemos visto es un resquebrajamiento en la organización del movimiento obrero, pero no es por falta del trabajador, como se ha querido plantear, sino por una actitud violatoria de la Constitución, de las leyes, y de los acuerdos con la Organización Internacional del Trabajo por parte de los patronos”, señala. Veras Aybar afirma que “los trabajadores quieren sindicalizarse, porque saben que es a través de los sindicatos que pueden defender sus derechos”.
Observó que otro de los factores que inciden en la situación del movimiento sindical es que “hoy en día no hay verdaderos dirigentes sindicales, lo que hay son buscavidas dentro del movimiento sindical”.
Desconfianza
Un elemento de desconfianza hacia la dirigencia obrera parece provenir del pobre papel que juegan en los organismos tripartitos de los que forman parte en representación de la clase trabajadora, donde parece ser no sobresalen por plantear y defender iniciativas de clase.
Entre esos organismos figuran el Consejo Nacional de Seguridad Social (CNSS), principal órgano rector de la Seguridad Social, y el consejo directivo del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS), que provee servicios dentro del sistema de seguridad social y ofrece servicios de salud.
También del consejo directivo del Instituto Nacional de Formación Técnico Profesional (Infotep) y el Comité Nacional de Salarios, en el que se fijan las tarifas salariales en distintos sectores de la economía nacional.
Es en el Comité Nacional de Salarios donde los dirigentes sindicales lucen más activos, pero los pobres incrementos logrados a favor de los trabajadores los dejan muy mal parados, sembrándose la sospecha generalizada de que “los sindicalistas se vendieron”.
Plantea la necesidad de rescatar el sindicalismo
Angel Veras Aybar sostuvo que si bien es cierto que en el país el empresariado maniobra para limitar la libertad sindical e impedir la formación de nuevos sindicatos en las empresas, también es verdad que muchos de los dirigentes sindicales del país han devenido en empresarios del sindicalismo.
Se preguntó cómo es posible que en la actualidad la República Dominicana sea uno de los países con más baja sindicalización, registrándose apenas un 6% de la clase trabajadora organizada en sindicatos.
En ese sentido, dijo que así como se ha llevado con éxito la lucha por el 4% para la educación, “aquí habrá que impulsar un movimiento similar, que rescate el movimiento sindical del abismo donde se encuentra”.
