Una semana antes de las elecciones, el candidato Luis Guillermo Solís no era más que el cuarto aspirante con “alguna” posibilidad de meterse en la pelea por una segunda ronda en Costa Rica.
El domingo, no solo confirmó su lugar en la disputa por la presidencia del país en la siguiente votación, sino que además fue el que más votos alcanzó, en una elección histórica que rompió el bipartidismo ejercido durante 32 años por el PLN y la Unidad Social Cristiana.
Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC), de centroizquierda, fue la gran sorpresa de las elecciones costarricenses al superar en la votación al favorito, al oficialista Johnny Araya, del Partido Liberación Nacional (PLN).
Con el 88% de las mesas escrutadas por el Tribunal Supremo de Elecciones, Solís alcanza el 30.98%, mientras que Araya, un candidato de centro, obtuvo el 29.57%. Dado que ningún candidato logró el 40% necesario para ser proclamado presidente, Solís y Araya deberán enfrentarse en una segunda ronda electoral programada para el próximo 6 de abril.
Según el politólogo y profesor de la Universidad de Costa Rica, Francisco Barahona, el descontento que existe entre la mayoría de los costarricenses por la labor del actual gobierno del PLN, fue reduciendo el apoyo para Araya c0on el paso de las semanas.
“Con las encuestas desde el mes de noviembre teníamos claro que había un 65% de los votantes que no quiere un tercer gobierno consecutivo del PLN. Ese sentimiento se mantiene y creo que se mantendrá hasta el 6 de abril”, afirmó. Desde el inicio de la campaña, Araya se mantuvo disputando el primer lugar, con una amplia ventaja, y a partir de noviembre tuvo al partido de izquierda, Frente Amplio, como su principal contendor.
