Miguel Vargas, presidente del PRD, dijo ayer algo muy obvio, pero al mismo tiempo parecía descubrir lo que muchos peledeístas y hasta analistas políticos no han visto, o no han querido ver. Sumar y restar votos en las cámaras legislativas para saber si es factible o no el proyecto reeleccionista es un ejercicio que sirve de poco, o de nada. Realmente es un solo voto el que importa. Si Leonel Fernández se declarara a favor de la reelección de Danilo Medina, el asunto pasaría sin problemas. Los legisladores leonelistas votarían por la reforma constitucional, aunque algunos lo harían a regañadientes. En ese escenario, solo habría que buscar unos cuantos votos de la oposición, que nadie duda que van a aparecer.
Vargas y Mejía
Vargas parece que cayó en la trampa de hablar de la reelección que es un tema de los oficialistas, y que él, que ocupa su tiempo y esfuerzos en levantar su partido, no debería tocar, o al menos no darle esa relevancia. Peor aún lo hizo Hipólito Mejía, quien, sin querer o queriendo, le dio un espaldarazo a la reelección, con una declaración que parecía más propia de José Ramón Peralta o Gedeón Santos.
La famosa “llave”
Así como los cálculos sobre la correlación de fuerzas en el Congreso constituyen un ejercicio entretenido, las declaraciones sobre el tema sólo sirven para saber en qué está cada quién. Pero, quien puede abrir las puertas de la repostulación de Medina es su antecesor en el cargo. Si él no quiere, sería casi imposible hacer la reforma, y si se llegara a hacer, sería más traumática que la que propició Hipólito en el 2002. Tan sencillo como eso. O mejor dicho, así de complicado…
