Es el trabajo honrado

Está de moda ser, a toda costa. Ser algo, y algo importante. Alcanzar la meta, no importa cómo.

Está de moda ser, a toda costa. Ser algo, y algo importante. Alcanzar la meta, no importa cómo.Ese proceder se puso de moda en el proceso electoral que llega a su fin. Las ambiciones se tornaron desmedidas. Hubo un desmadre. Todo el mundo quiso figurar. Y el sistema de partidos presentó su mayor signo de deterioro.

La carga de la culpa ha recaído sobre la cúpula de los partidos. Se le atribuye limitar el derecho de participación. Pero es innegable que se puso de manifiesto un afán irrefrenable por ser, por figurar, por formar parte de una boleta, de alcanzar un cargo público.

Decir esto no significa que promovamos una cultura de opacidad donde sólo los iluminados figuren. No se pretende negar el derecho a alcanzar metas personales o sus sueños de gloria. Eso es libre.

Creemos que deben existir determinadas reglas, mecanismos y procedimientos. En lo que concierne a la participación política, están los partidos y movimientos, que deben obedecer a un régimen organizacional, con su propia plataforma de lanzamiento de acuerdo con la ley y un cierto sentido de civilidad ciudadana.

Para optar por un puesto público hay que ganárselo. No puede haber arrebatos ni asaltos. Los puestos tienen que ser obtenidos mediante la dedicación honrada, aún en las organizaciones políticas y sociales. Eso sólo es posible mediante el trabajo disciplinado.

Eso es válido también para las instituciones y empresas. Hay una tendencia dañina a alcanzar las posiciones mediante el cabildeo, pidiendo, “buscándosela”, con muletas.

No se quiere entender que las metas se alcanzan trabajando. Primero preparándose, estudiando, trabajando, todos los días, sin pensar en el puestecito.

Se requiere trabajar bajo un profundo compromiso personal y social. Cumpliendo las tareas y encargos de la organización, para que se haga realidad la misión a cargo, que es la misma que persigue la institución a la que se pertenece.

No puede ser una lucha al acecho para derrumbar al compañero o dar un manotazo, o vergonzosamente rogar para conseguir lo que no se merece.

Es mediante el trabajo honrado, que lo provee todo. Eso es válido para todo y para todos.

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