Medios de comunicación en Perú han iniciado un debate en las últimas semanas por el testimonio de Javier Reátegui, exsecretario general del Partido Perú Posible, y la presentación de copias de los cheques sobre los aportes realizados por el senador Félix Bautista a dicho partido, específicamente al entonces candidato Alejandro Toledo en la campaña electoral de 2011.
Diversas empresas del senador son citadas como presuntas donantes del dinero en cuestión, como Inmobiliaria Hemisferio SRL, que aportó US$179,985; la empresa Hormigones del Caribe SRL con un aporte de US$176,816; la empresa Ingenieros Civiles y Asociados con aporte de US$177,009; la empresa Bonao Industrial SA, con US$177,018, entre otras como Construcciones y Diseños RMN SRL, la misma que fue favorecida con dos contratos millonarios en Haití, que aparece registrada aportando US$176,816.
De acuerdo a lo dicho por Javier Reátegui, entre los aportes de empresas de Bautista y empresas de amigos, empleados y familiares al Partido Perú Posible, se han contabilizado 12 cheques y sólo algunos fueron declarados a la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE). A pesar de que el senador niega todo, el tema ha trascendido de forma tal en Perú que su Congreso Nacional dispuso la apertura de una investigación por estas denuncias.
En los medios peruanos cuestionan los manejos turbios y la fortuna de “El Montesinos de Leonel”, nombre que han dado algunos periódicos del país sudamericano al senador de San Juan, por las diversas acusaciones que han pesado sobre él, como la concertación irregular de un convenio por 130 millones de dólares con la Sun Land Corporation S.A sin pasar por el Congreso Nacional.
Además, a muchos les ha llamado la atención la velocidad en la que Félix Bautista adquirió una cantidad de recursos cuyas dimensiones hasta él mismo desconoce, pasando en pocos años de no tener dinero para pagar pasajes de autobús a convertirse en uno de los hombres más ricos y poderosos de la región.
Tantas irregularidades protagonizadas por este senador y con tanto ruido que ha hecho en Panamá, Haití, Guatemala y ahora en Perú, es inconcebible que República Dominicana permanezca en silencio y que jueces, fiscales y funcionarios prefieran evadir el tema. Mientras en otros países se inician investigaciones sobre un legislador dominicano, es una vergüenza que justo en el suyo sea tratado con guantes de seda.
Estamos en un gobierno que predica la transparencia. Es tiempo de ser coherentes y este caso es una buena forma de comenzar.
