Tres presidentes con estilos de liderazgo muy diferentes

En lo que va del siglo 21, la República Dominicana ha tenido tres presidentes: Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina. El estreno del nuevo siglo llegó sin el liderazgo político que gravitó en el país en la transición de la dictadura&#8

En lo que va del siglo 21, la República Dominicana ha tenido tres presidentes: Hipólito Mejía, Leonel Fernández y Danilo Medina. El estreno del nuevo siglo llegó sin el liderazgo político que gravitó en el país en la transición de la dictadura a la democracia luego de la caída de la tiranía de Rafael Leonidas Trujillo, es decir, son personajes que incidieron en la vida del país por casi cuatro décadas.

En 16 años transcurridos en este nuevo ciclo histórico del país, los liderazgos de mayor trascendencia política han sido los de Fernández, Medina y Mejía, quienes a la hora de gobernar han aplicado “su librito” como se dice popularmente, y se puede observar en cada cual un estilo que marca la diferencia del otro, con detalles tan simples como la foto y la silla presidencial, hasta la forma de hablar y de interacción con el pueblo.

Como prueba hay mucho más que un botón en los dos presidentes de la República que ha tenido el Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Medina es puntual y Fernández impuntual; Medina es de pocos discursos y Fernández un gran orador; Fernández es carismático, pero Medina no.

Hipólito Mejía es el único presidente de la República que ha dado en este siglo el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), su incursión en la vida política creó una imagen que parecía la antítesis de Fernández, así como de Bosch, Balaguer y Peña Gómez, que, en principio le ganó el apellido de “político atípico”.

De mucho hablar, pero no de grandes discursos, un estilo sencillo que va desde la expresión verbal hasta la forma de vestirse, puntual y sobre todo dueño de un gran carisma y espontaneidad. “Cuando ellos actúan en función de diferenciación es una construcción de su propio liderazgo que deben labrar de manera personal”, dijo el catedrático Freddy Ángel Castro.

Sus estilos generan tanta pasión y contradicción en la población, que incluso tres politólogos consultados difieren en sus respuestas al valorar los liderazgos de Fernández, Medina y Mejía. Belarminio Ramírez consideró que Fernández es la extensión del estilo de Bosch, Balaguer y Peña Gómez; que Medina responde a las exigencias del siglo XXI que quieren líderes que se parezcan a ellos y no por encima de ellos y que Mejía fue un experimento de la ciudadanía que no dio resultados.

“Los paradigmas de liderazgo tienen que ver con los ciclos históricos y producen su propio liderazgo. Por ejemplo, Leonel es un liderazgo sustentado en el conocimiento que en cierta medida es una continuidad de Bosch, Peña Gómez y Balaguer; Hipólito fue como la negación del liderazgo tradicional porque en él no hay nada que se parezca a Balaguer, Bosch y Peña Gómez, pero caía bien, y poco después ya la gente le veía mal, por lo que fue transitorio, y Danilo es la antítesis de Leonel. Cuando se pone en una balanza, el liderazgo de Danilo no se parece al de Leonel, en cuanto a naturaleza, madera y perfil no tienen casi nada en común”, sostuvo Ramírez.

Freddy Ángel Castro sostiene que Fernández es el líder político de mayor trascendencia desde la salida del escenario de Bosch, Balaguer y Peña Gómez; que Mejía es político carismático y sencillo lo que genera simpatías con las masas y que Medina es un líder cercano y sin carisma.

“Los liderazgos están asociados a la personalidad del político. Por ejemplo Hipólito Mejía es un liderazgo carismático y de mucha cercanía con los sectores sociales rurales y campesinos; Leonel Fernández es un liderazgo carismático, pero que se vende a través de la superestructura y no de cercanía de día a día con la gente, construye una visión de intelectual, de los centros de pensamiento, y en cambio el de Danilo Medina es un liderazgo de cercanía de la cotidianidad y no se preocupa por las grandes agendas y basa sus relaciones en la sencillez y la humildad y en eso él (Danilo) e Hipólito Mejía tienen coincidencias”, subrayó Castro.

Para Cándido Mercedes en el país no hay líderes políticos que respondan a las exigencias del siglo XXI, porque desde su perspectiva Fernández es el único político que reúne esas cualidades, pero, según el criterio de Mercedes, no las aprovechó porque se acomodó en el poder y no impulsó las reformas estructurales que necesitaba el país.

De Medina, Mercedes dice que no es líder, sino un dirigente político. “Hipólito Mejía es un líder paternalista; Leonel Fernández tienen todos los elementos para ser un líder transformacional del siglo XXI, pero se acomodó al “establishment” en función del liderazgo transaccional; y Danilo Medina se ha movido en el liderazgo paternalista y el transaccional, pero no es transformacional”, argumentó Mercedes.

Leonel Fernández tiene su propia concepción del liderazgo y el poder y confesó que es un fenómeno que siempre le llama a reflexión. Fernández expuso su opinión en un artículo que publicó en el periódico Listín Diario el 10 de febrero del 2014 titulado: “El poder y el liderazgo: entre puestos y sobrecitos”.

Fernández expuso que el poder, que implica una relación entre gobernantes y gobernados, aparte del factor ideológico, de conciencia, hace referencia a otros dos factores: al poder de coacción o represión y al poder compensatorio, que es la capacidad para dar o distribuir”. Señaló que el poder se traduce en la siguiente fórmula: Quién da qué, a quién, por qué medios, con qué efectos.

Sobre el liderazgo político en el 2014, el presidente Medina en un acto público declaró que no le interesa “ser líder ni nada por el estilo, sino contribuir a mejorar la vida de la gente”.

En el 2012, Hipólito Mejía se declaró líder de la oposición política del país y junto a Luis Abinader se fueron del PRD y fundaron el Partido Revolucionario Moderno del que la dirigencia reconoce en Mejía a su líder.

¿Cómo debe ser el líder del siglo 21?

Cándido Mercedes sostiene que debe ser transformacional. “El liderazgo que hemos tenido a partir del 2000 es enteramente paternalista”. Para Belarminio Ramírez se ha producido un cambio de mentalidad social y los ciclos traen sus propios líderes. “No es que un líder se puso malo ni nada, es que la gente cambia de gusto, porque aquí se es muy injusto con los líderes, a veces se les juzga sin tomar en cuenta que lo que se ha producido es un cambio de mentalidad”, argumentó.

¿Un liderazgo es mejor que otro?

“El liderazgo es una cuestión de estilo, ningún liderazgo es mejor a otro. Lo que se puede decir es que dentro de los liderazgos el que tiene mayor peso es el carismático que es donde tú llegas y todo el mundo se para y te sigue porque tienes aura y encantas a la masa, ese es el liderazgo más relevante, pero eso no quiere decir que los demás liderazgos no son importantes. El estilo de cercanía, el etilo llano, produce también sus frutos”, explicó Castro.

Llevan 16 años de protagonismo

Aunque Fernández, Medina y Mejía tienen una amplia trayectoria política a lo interno de sus partidos y cerca de sus líderes, su protagonismo en el escenario político se produjo a partir del 1996 y de forma más absoluta a partir del 2000. En ese año, Fernández cumplió su primer mandato como presidente y Mejía y Medina fueron candidatos presidenciales. A partir de entonces, son las figuras políticas que más han gravitado en el escenario nacional. Fernández ha sido presidente tres veces; Mejía tiene un periodo presidencial y dos candidaturas al cargo y Medina iniciará su segundo mandato.

En busca de un líder de oposición en el país

 La historia reciente del país cuenta con liderazgos construidos desde el poder, como, el caso de Balaguer que fue cinco veces presidente de la República; y otros desde la oposición como Peña Gómez. Juan Bosch, fue presidente del país solo por siete meses, por lo que su liderazgo no emergió desde el poder, sino desde la oposición, primero contra la dictadura de Trujillo y luego en la construcción de una opción política para la liberación nacional por lo que fundó al PLD. La grandeza del liderazgo de Peña Gómez, que no alcanzó la Presidencia, superó a otros líderes del PRD que sí llegaron a ocupar la primera magistratura, específicamente Salvador Jorge Blanco y Antonio Guzmán. En el proceso político que inició con la salida de esos tres grandes líderes, en el país no ha emergido un liderazgo fuerte de oposición. Actualmente, muchos apuntan hacia la figura de Luis Abinader, pero aún es un liderazgo en proceso de construcción.

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