Un viaje hacia el yo interno/ César Nicolás Penson

Los especialistas de la conducta humana y los que analizan el yo interior, tienen clara la utilidad del autoanálisis, la evaluación propia, y lo definen como, autoconcepto.  Aquellos cuyo trabajo consiste en la motivación del sujeto con un fin y objetos definidos, comienzan por trabajar en que los individuos aprendan a conocer sus estructuras propias, […]

Los especialistas de la conducta humana y los que analizan el yo interior, tienen clara la utilidad del autoanálisis, la evaluación propia, y lo definen como, autoconcepto. 

Aquellos cuyo trabajo consiste en la motivación del sujeto con un fin y objetos definidos, comienzan por trabajar en que los individuos aprendan a conocer sus estructuras propias, sus valoraciones personales, sus conceptos base, sus expectativas, pero más que nada, el criterio propio sobre sí mismos.

Auxiliarse de la valoración que de uno hagan los demás, complementa la percepción propia, contribuyendo a una autoestima elevada. La enseñanza básica de hoy, tan empeñada en la acumulación de conocimientos y en el cultivo de lo externo, superficial y cosmético, descuida lo esencial: el individuo y el crecimiento de su yo particular, como núcleo vital del yo colectivo.

Las técnicas del llamado “coaching” o seguimiento, estímulo de potenciales ignorados, en lo gerencial y la propia vida diaria, invitan a un viaje hacia lo interno de nuestro ser, con ánimos de descubrir capacidades y también áreas que debemos mejorar.

Emprender una visita en solitario a los espacios más íntimos, a nuestros más escondidos rincones, a lo más recóndito de nuestro ser y hacerlo con sentido crítico y de mejora, resulta un proceso difícil. Supone encuentros con nuestros propios fantasmas, con los temores íntimos y con realidades oscuras que solo nosotros conocemos y podemos enfrentar o esconder más profundamente, estimularlas o por el contrario, expulsarlas de manera definitiva.

El primer paso en ese viaje, consiste en la decisión de emprenderlo y el valor sincero del encuentro con la intimidad propia. Sin miedos a enfrentar fobias; sin temor a  airear los más escondidos dobleces y decididos a luchar con miedos que secretamente nos acompañan desde siempre, procurando encontrar causas y razones, pero más que nada con voluntad, actitud y coraje para superarlos.

Ser capaces de liberarnos de cargas inútiles que arrastramos; de aprender a dominar los dragones que viven en nuestro interior y que en ocasiones nos dominan.

Ubicar las fuerzas y el valor para pulir aristas de nuestra personalidad y cultivar el arte de doblegar pasiones que esclavizan. Entender dónde están los motivadores que disparan el entusiasmo y las energías para asumir retos y en qué sitio de nuestro yo interior, reside la conciencia.

Descubrir cada rincón del corazón, entender sus secretos, comprender sus razones y más que nada reaprender a amar, aunque nos creamos expertos.

Romper cadenas que nos atan a la imagen que queremos y vencer frustraciones por el físico distanciado del ideal que anhelamos; por las capacidades ausentes: ansias de poder cantar, a pesar de la voz de “maco arrepentido” o de “grillo desafinado” que te regaló la vida. Otro será tu tesoro.

Saca el máximo de tus capacidades y maneja tus carencias. Se capaz de encontrarte con tu esencia, con tu yo interno, contigo mismo, acéptate y esfuérzate por ser mejor ser humano.

El autor es empresario
[email protected]

Posted in Sin categoría

Más de

Más leídas de

Las Más leídas