Vicepresidencia

Una lectora, que se identifica como Gabriela Flores, me envía por email unos párrafos interesantes, advirtiéndome que sus reflexiones vienen a propósito de la carrera interna que se ha desatado en los principales partidos políticos del país…

Una lectora, que se identifica como Gabriela Flores, me envía por email unos párrafos interesantes, advirtiéndome que sus reflexiones vienen a propósito de la carrera interna que se ha desatado en los principales partidos políticos del país por las candidaturas presidenciales.

Lean ahí: “Todos buscan alcanzar la Presidencia de la República, pero nadie habla de la Vicepresidencia, del(a) segundo(a) al mando.

Es en los(as) vice en quienes recae buena parte de la responsabilidad por la obtención de resultados. 

Normalmente, este cargo se caracteriza por su bajo perfil y su labor solo parece ser la suplencia del Presidente, pero muchos ignoran que existe ‘la soledad del liderazgo’ y que para superarla, es bueno contar con alguien para discutir las ideas y estrategias que se aplicaran.

Un(a) buen(a) vice debe ser un(a) excelente consejero(a) y/o aliado(a), que apoye al Presidente al momento de tomar decisiones difíciles y que forje con este una relación simbiótica.

Es poco usual encontrar a un Presidente que pida consejos, pues se considera que este debe mostrar una imagen omnisciente de liderazgo y manejo total de temas.

Cuando se comienza a trabajar en equipo y se crece, el liderazgo se torna mucho más solitario. Además de ser grandes aliados(as), la labor de una buena ‘mano derecha’ también consiste en aterrizar y ejecutar los lineamientos del líder. Al(a) vice, tradicionalmente se le dan funciones y responsabilidades marginales que tienen que ver con acompañar en la implementación de las decisiones de la Presidencia. Por eso, esta persona debe ser muy afín al líder.

El(a) segundo(a) de a bordo puede, y quizás debe ser, los ojos y oídos del primero, bajo la premisa de anticiparse a posibles situaciones o aprovechar oportunidades potenciales.

El(a) segundo(a) también aporta con la resolución de conflictos, una labor que puede pasar desapercibida para algunos, pero que marca la diferencia en el trabajo de los colaboradores. Por eso, aunque sea el(a) segundo(a), debe poder tomar las riendas por sí mismo(a).

Y contrario a muchas creencias, los estudiosos del tema aseguran que  el(a) vice ideal debe ser autónomo(a), proactivo(a), líder, dinámico(a), con habilidades de aprendizaje a velocidad y -sobretodo- con capacidad de tomar decisiones teniendo en cuenta como lo haría el líder, porque no debe obviarse que, por encima de todas las variables, es el siguiente en la línea de sucesión. El cargo es de entrenamiento”. No agrego ni quito nada.

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