En méxico mata la violencia del narcotráfico; en Colombia, de la guerrilla; en Afganistán, del talibán; en Siria, de la guerra civil; en Egipto, del ejército; en Nigeria, la étnica o religiosa; en Irak y Pakistán, la del terrorismo; en Somalia, la del hambre; en Sudan del Sur, de los enfrentamientos tribales; en Centroamérica, de las maras. En República Dominicana mata la violencia por insignificancias: un pleito de parqueo; un niño que “molesta” al jugar; uso de la computadora entre hermanos; diferencias absurdas entre padres e hijos como deudas de quinientos pesos; por mujeres rechazar a sus compañeros. No tendremos la tanta violencia que otros pero contamos mucha gente muerta así porque sí. Perturbador caso de país violento sin pancarta.

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