Si se posterga hasta “disponer de tiempo”, probablemente nunca se haga.
Me refiero al trabajo voluntario. Por lo general las agendas propias están suficientemente copadas, pero al acometer la labor voluntaria en un mínimo siquiera, podemos encontrarnos con la sorpresa de su efecto adictivo, a partir de la gratificación personal y espiritual que recompensa el servicio altruista. Se le pregunta a cualquier joven socorrista dominicano por qué arriesga su vida por otros y lo confirmaremos.
“Está comprobado que la solidaridad humana posee un inmenso poder restaurador y fortalece la resistencia de las personas a las adversidades”, destaca un psiquiatra. Este 2012 podemos sacar tiempo para involucrarnos y aportar.
