Varios dirigentes perredeístas que, emocionados a priori, dejaron su casa política para buscar nuevos horizontes en el Partido Revolucionario Moderno (PRM), como que han analizado fríamente ahora las perspectivas políticas con visión de futuro y aplicando el viejo dicho popular que reza que “no dejes camino real por vereda”, están retornando a su vieja casa, la del jacho prendío, donde tienen rangos ganados con el trabajo proselitista hace mucho tiempo. Es como una vuelta a casa, con sus virtudes y defectos, y lo mejor del caso es que les están recibiendo con los brazos abiertos, sin censuras por su partida emocional, y respetándoles sus derechos dirigenciales. ¡Buuueeenooo..!
Pero… ¿y eso?
Mi colega y amigo Freddy Medrano me hace llegar una información que llama mi atención por la recurrencia metodológica, y es preocupante. Dizque los dueños de un casino habrían ordenado el rapto de un funcionario de la dirección de Casinos del ministerio de Hacienda porque supuestamente le habrían entregado un millón de dólares para obtener la aprobación para instalar un negocio de juegos de esa naturaleza y la licencia no salía. Pero más grave aún: El funcionario supuestamente fue sacado del país hacia una isla de las Antillas menores donde se le sometería a duros interrogatorios, torturas y golpes incluidos, para que apareciera el dinero que presuntamente le habrían entregado. Dizque el hombre devolvió el dinero a sus raptores, quienes lo habrían retornado entonces al territorio nacional, de la misma forma misteriosa e ilegal en que lo sacaron. ¿Y cómo es eso? ¿Qué a un ciudadano lo raptan en el país y hay forma de sacarlo a otro territorio y nadie se percata de eso? Independientemente de que este caso que reporta el colega Medrano tiene aristas de sobra para que se investigue, cómo que hay que profundizar en las pesquisas ya que se está llegando muy lejos con esto de violar nuestras fronteras con facilidad olímpica. A ver quien explica…
