Trilogía de Inés María Tejada

Dos libros de cuentos y una novela cuya unidad temática descansa en serios conflictos existenciales ligados a la nostalgia propia de los dominicanos residentes en los Estados Unidos componen la trilogía narrativa de Inés María Tejada, escritora…

Dos libros de cuentos y una novela cuya unidad temática descansa en serios conflictos existenciales ligados a la nostalgia propia de los dominicanos residentes en los Estados Unidos componen la trilogía narrativa de Inés María Tejada, escritora nacida en Santiago de los Caballeros, con toda una vida en Nueva York donde por décadas se dedicó al ejercicio profesional de la enfermería.

Aunque los relatos que conforman Anoche Mataron a Trujillo: Memorias de Vivencias en Santiago, RD, se leen como reminiscencias de acontecimientos que marcaron la vida de la autora en la primera etapa de su vida, el toque nostálgico del emigrante se percibe lo mismo que en Peregrinaje: Cuentos neoyorkinos y en la novela En la Caverna del Hombre Equivocado: Transferencia y Contra-transferencia en el Alto Manhattan.

Un férreo dictador asesinado la noche del 30 de mayo de 1961 es recordado con imaginación infantil por Tejada, quien reconstruye el ambiente santiaguero de la época, con el enigmático hermetismo que sus parientes y vecinos trataban el trascendental acontecimiento. Los cuentos de Peregrinaje, en tanto, lucen tan testimoniales como todo el anecdotario de la novela, con personajes en constante búsqueda de sentido para sus vidas, visiblemente agotadas por la monotonía de una urbe que deja muy poco espacio a los sentimentalismos.

Con un verismo cercano al del novelista norteamericano Henri Miller, específicamente el de Trópico de Capricornio, la narradora utiliza su propio nombre cuando en Peregrinaje habla de “sentirse atrapada en un matrimonio sin amor”.

Los términos “transferencia” y “contra transferencia”, recurrentes en el texto novelístico, son familiares en psiquiatría y psicología, reflejándose en el enamoramiento de la protagonista de su psiquiatra, sin advertir que encontraba en él al “hombre equivocado”, con las mismas cualidades del marido con el que viviera una larga relación conflictiva.

Sin pretensiones perfeccionistas, Tejada logra con estética llevar al lector a reflexionar sobre el amor, esencia del verdadero sentido de la existencia. l

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