La curiosa visita de la comisión de los derechos humanos

La visita de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos nos sorprende, pues viene a activar un asunto que parecía superado, luego que el gobierno dominicano buscara un mecanismo (no totalmente constitucional, en nuestra opinión) de mitigar las críticas sobre la “desnacionalización” de inmigrantes haitianos, a raíz de la sentencia del Tribunal Constitucional (que apoyamos).

La visita de la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos nos sorprende, pues viene a activar un asunto que parecía superado, luego que el gobierno dominicano buscara un mecanismo (no totalmente constitucional, en nuestra opinión) de mitigar las críticas sobre la “desnacionalización” de inmigrantes haitianos, a raíz de la sentencia del Tribunal Constitucional (que apoyamos).

Se gastaron millones de pesos en un plan de “regularización,” extendido en varias ocasiones.

Siendo así, la visita de la C. I. D.H. de la OEA parece que tiene que ver menos con Haití, y más con una Venezuela inmersa en una guerra geopolítica, que enfrenta a Venezuela, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Rusia, Irán, Hezbolá, por un lado, y a Argentina, Brasil, Mexico, Perú, Colombia, Chile, Uruguay, más España. (El presidente ecuatoriano Lenin Moreno no parece estar incondicionalmente del lado venezolano, pues apoyó al gobierno de Rajoy en la cuestión catalana, distanciándose de Venezuela y Rusia, cuyos hackers atizaron el conflicto.)

La situación se ha tornado más crítica, luego que el autoritario régimen de Maduro obtuviera una victoria electoral, por demás dudosa, al menos que el pueblo con entusiasmo masoquista votara por un gobierno que ha hecho polvo su salario real, y ha probado ser incapaz de proveerle medicinas y comida. Un momento además coincidente con la victoria en Siria del eje Rusia-Irán-Hezbolá, que tiene a Occidente curando sus heridas.

Forma parte de esta pelea dura y callada la deserción de la fiscal venezolana Luisa Ortega, quien escapó a Colombia, con evidencias documentales sobre crímenes cometidos por el régimen venezolano, que podrían servir para dar un apretón de tuercas mayúsculo al señor Maduro, pues se pretende encausarlo por crímenes de lesa humanidad ante el Tribunal de los Derechos Humanos de La Haya.

La diplomacia dominicana enfrentó el conflicto, optando por una medición, aparentemente neutral y amistosa hacia todos. Sin embargo, la mediación dominicana le quitó un importantísimo voto al bloque anti-Maduro y frustró sus esfuerzos en la OEA, y además terminó dividiendo a la oposición venezolana. Es decir, si las intenciones eran buenas, el resultado ha sido cuestionado.Consecuentemente, resulta una sutil coincidencia que cuando se pretende llevar al Sr. Maduro al tribunal de La Haya, la C.I.D.H. visite el país. ¿No será un mensaje? “Si Uds. nos hacen la vida difícil, nosotros podemos hacérsela aún más.”

Adicionalmente y muy importante, una clase política que generalmente dula al Balaguer-Florentino, no aprendió del Balaguer-zorro su renuencia a tomar prestado, pues sabía que debilitaría su poder, y haría más vulnerable a un país débil.

Esperemos, pues, que se piensen bien los próximos pasos en una situación tan compleja.

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