Como cada año que comienza, son ineludibles los deseos de prosperidad, paz, unión y salud que deseamos a la familia, amigos, cercanos colaboradores y conocidos que pasan por nuestras vidas. El 2020 no es la excepción, un año que no sólo marca el cierre de una década y el inicio de otra, sino que tanto a nivel nacional como internacional dará muestra de cambio en los paradigmas sociales, políticos y económicos.

Es bueno terminar un 2019 agradeciendo por cada cosa que nos pasó, buena o mala, porque nos hizo una persona diferente a la que entró el pasado año y que ahora comienza una nueva oportunidad de seguir mejorando cada aspecto de nuestra vida. Así como proyectar nuevas ideas, nuevas oportunidades, innovar en un mundo donde la tecnología ya es una realidad desde que pensamos en levantarnos hasta el último momento antes de dormir.

Este nuevo año debe llamarnos a la reflexión. Al trabajo sin descanso en procura de una mejor ciudadanía. A rescatar aquellos valores y tradiciones que nos distinguen como persona, familia, grupos sociales y país. En el caso dominicano debemos enfocarnos más en construir ciudadanos que sean aptos para desempeñar una labor y que sean arquitectos que diseñen una mejor voluntad humana capaz de ayudar al otro desinteresadamente, que sobreponga su interés personal en favor de lo colectivo cuando éste último se vea amenazado. Que siempre miremos en favor de todos y trabajemos para ello.
Me despido deseándoles mis mejores parabienes a cada dominicano que se levanta cada día en busca del sustento diario. Que siempre reine la paz, unión y prosperidad en sus vidas. El 2020 sea un año venturoso para todos. Que puedan lograr sus metas propuestas para este año, recordando que la vida es una y que cada momento cuenta. No la desperdicie.

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