Es difícil levantarse leer los periódicos escuchar la radio y la televisión sin que alguien emita un juicio sobre una manipulación política, pocas veces el lector radioescucha o televidente, tiene la fortuna de tropezar con esa noticia contada con objetividad. Incluso en esos programa políticos en la radio, y los de pantallas chicas, que ya no son de entretenimientos, estos últimos, se han convertido algunos como parte del mismo espectáculos de la política, aunque jueguen su rol de informar, y la mayoría de los artículos de opinión, de crítica y de comentarios, son líneas donde cada quien defiende su parcela.

Hago esta reflexión por la entrega de hoy. Periodista independiente. ¿Quién lo es hoy en día? Los periodistas todos tienen opiniones y posiciones políticas. Sin embargo, lo que los convierte en profesionales confiables, con credibilidad, es el darle a cada quien lo que le corresponde y no retorcer la información para que se ajuste al punto interesado. Eso es lo fundamental del periodismo y lo difícil.

Así como el religioso vive de la fe y el inversionista de sus negocios, el periodista vive exclusivamente de su credibilidad. De nada sirve un periodista al que nadie le cree.

Una cosa son los medios y otra los periodistas. Hay comunicadores que hacen política, atacan, también defienden al gobierno y no es por paga, y son bastantes independiente a la hora de tratar la información. Estamos en una era tecnológica en la cual la sociedad se ha politizado y el consumo de información es cada vez mayor.

Independiente es aquel que narra los acontecimientos tal y como lo ve, sin cortapisas, sin dejarse influenciar por los sobornos, aquel que antepone la ética profesional y el bien público por encima de los intereses personales. ¿Cuantos periodistas pueden hacer esto hoy en día? Ni lo sabemos ni nos importa, probablemente más de los que se tiende a creer.

Ahora bien, el periodista tiene dependencia de su medio, cada uno sabe donde trabaja, y cómo es el editorial, y tiene que saber si puede o no trabajar en él. Es decir, son más independientes que las empresas donde laboran, pero al final todo el mundo sabe de quién es asalariado y cómo debe explicar y decir las cosas.

Por ejemplo podría pensarse que es posible informar de un suceso a la vez que se participe de él, pero lo cierto es que estar implicado como participante en una noticia ensóbrese cualquier otra tarea que el periodista debe desempeñar. Se vuelve muy difícil considerar las cosas desde otras perspectivas, sería muy difícil convencer al lector.

De ahí que un periodista en el momento de tomar una posición política o de los intereses de la empresa donde trabaja lo condicionen de tal manera que lo hagan falsear los datos, mejor es ser neutral, y respetar los hechos.

Para terminar por hoy, el periodismo ha sido y deberá seguir siendo un servicio público para los ciudadanos, la relación entre la prensa y el poder ha sido, es y será conflictiva, cuando no lo sea, el periodismo habrá desaparecido.

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