La respuesta del profesor Juan Bosch está fechada 6 de mayo, el mismo día de la “Carta abierta” de Isa Conde, pero aparece en el no. 395 de Vanguardia del Pueblo, del 11 de mayo de 1983, pág. 4, y la tituló: La retranca de las izquierdas.

El artículo del profesor Bosch, en sus primeros dos párrafos, inmediatamente argumenta que “nuestra izquierda” se dedica “a frenar el desarrollo político de nuestro pueblo”, según él siendo una “retranca”, creando “obstáculos mentales para que una persona o un pueblo no pueda desarrollar su capacidad de enjuiciamiento de los hechos sociales o políticos”. (21).

Establece que la invitación a participar en una discusión sobre la crisis económica nacional, donde participaran solo los partidos mayoritarios (PR, PRD y PLD), había generado un gran interés nacional, por lo que era políticamente correcto asistir y fijar posturas. Además, allí no se iba a hablar “de programas o medidas socialistas, únicas que a ellos les interesan” (22).
Luego, critica duramente a los “marxistas-leninistas dominicanos” que entienden la actividad política como una religión con leyes inmutables, lo cual objeta pues “la política tiene sus propias leyes como las tienen todas las actividades humanas, y en consecuencia tiene su propia moral, que no es la que rige las funciones de agrupaciones u organizaciones no políticas” (23).

Argumenta que la política es bastante parecida a la guerra, y como en esta, lo que se procura es vencer: La actividad política se lleva a cabo no para hacer a los miembros de un partido esclavos de los principios sino para que les sirvan a esos principios a fin de que los principios acaben imponiéndose en la sociedad, y por tanto es una tontería insigne e inexplicable negarse, alegando el respeto a los principios, a hacer lo que sea necesario para que se alcance la victoria de tales principios” (23). Sin dudas, este párrafo muestra un realismo político que muchos niegan en la práctica del profesor Bosch, pero, obviamente, sustentado en “principios”, palabra que aparece 5 veces en el párrafo, nunca buscando el poder por el poder.

Luego de describir un hecho en la vida de Lenin, vuelve a su argumento central, la participación del PLD en el cuentro, servía para fijar posturas y crear “conciencia acerca de los problemas que afectan a las mayorías dominicanas (además) es una de las maneras de ir educando políticamente a las grandes masas (…) para proporcionarle a nuestro pueblo una conciencia política de la cual carece, y como carece de ella, es una víctima fácil de los logreros, oportunistas y charlatanes políticos que tanto abundan en el país” (24-25). Por eso, argumenta, no ir a la reunión sería una conducta política desfavorable para el pueblo.

Entonces, directamente, acusa a los llamados “marxistas-leninistas” dominicanos de querer “confundir a las masas”, y que eran “líderes de grupos que se aíslan de la realidad social dominicana”, incluso que sus “palabras (eran) huecas que suenan muy bonitas detrás de las cuales lo que hay es la práctica de la competencia capitalista disfrazada de marxismo-leninismo” (26).
La respuesta del Secretario General del PCD, llegaría unos días después.

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