En mi larga estancia como periodista profesional, he pensado en esta frase: La mediocridad es necia, perversa y perturbadora. Pero es la primera vez que la plasmo en un artículo. Y lo hago en el momento más adecuado.
Sirve para responderle, con objetividad, al señor Francisco S. Cruz, autor de un débil artículo publicado el 16 de julio (jueves) con este raro título: “Epitafio-adiós a un líder”.

Con el infeliz propósito de desacreditar (políticamente) a Leonel Fernández, expone: “Sin duda, ese Leonel Fernández se había desfigurado y en su ego-revancha solo se trazó una meta-objetivo: contribuir, táctica y estratégicamente, a sacar al PLD del poder, y en ese trajín, dejó al desnudo su nuevo rasero o faceta de resentido político”.

En su flojo texto, Cruz, cuya prosa muchas veces rompe lo más elemental de la ilación que norma al rico lenguaje castellano, no cita el segmento histórico-político más importante que envolvió al largo y tedioso proceso electoral dominicano que abarcó a dos “especiales y forzadas” elecciones, así como otras actitudes que llenaron de vergüenza al sistema democrático de nuestra nación.

El suceso al que me refiero, que puso en un peligroso colapso todo el andamiaje electoral de República Dominicana, es el referente a las traumáticas elecciones primarias realizadas para escoger al candidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana.

Fernández denunció un gran fraude que, aseguró, organizaron con el fallido voto automatizado y que le impidió ser escogido como el candidato del PLD para la consulta comicial postergada debido al coronavirus que finalmente la Junta Central Electoral pudo organizar el pasado cinco de julio en la que fueron electas las nuevas autoridades del país (Presidente, Vicepresidente, senadores y diputados para el período 2020-2024).

Al concretarse el fraude con el voto automatizado, el estadista Fernández, quien ha sido tres veces Jefe del Estado, se vio forzado a renunciar del PLD y anunciar (el pasado 20 de octubre) el nacimiento de su partido Fuerza del Pueblo (FP).

El señor Cruz, quien en el último tramo de la campaña electoral escribió que “Gonzalo Castillo ganaría las elecciones con amplio margen” -claro, lo hizo sin argumento-, ahora califica a Fernández como “un líder de una franquicia-entelequia”. Pero la Fuerza del Pueblo, con solo nueve meses de nacida, tendrá una respetable presencia en el nuevo Congreso.

Al final veremos a qué líder político habrá que leerle su epitafio. ¡Lo seguro es que no será a Leonel Fernández!

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