Este miércoles 2 de febrero se conmemora el 49 aniversario del desembarco por Playa Caracoles del coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, quien buscaba establecer una guerra de guerrillas en el país que terminara derrocando al gobierno de Joaquín Balaguer.

Caamaño y Balaguer estaban destinados a enfrentarse tarde o temprano debido al punto de inflexión de la Guerra Fría en República Dominicana que fue la revuelta de abril de 1965, la cual dividió a la sociedad dominicana en dos facciones que eran: aquellos que procuraban el retorno del derrocado presidente constitucional Juan Bosch y los que deseaban por cualquier medio evitar que este volviera al poder bajo el pretexto de que era comunista.

Otro ingrediente que agudizó más el punto de partida de lo que sería un duelo entre dos de los personajes más importantes del siglo XX fue la segunda intervención estadounidense que prácticamente convertiría a un desconocido coronel en una figura con estatus de leyenda.

 

Paralelismo

Mientras Caamaño batallaba contra los invasores norteamericanos en abril de 1965, ya como presidente de la República en tiempos de guerra; Balaguer concluía con su exilio en Nueva York al tocar suelo dominicano bajo el alegato de visitar a su madre que se hallaba gravemente enferma.

Al tiempo que Caamaño perdía en el campo de batalla a sus más valiosos hombres durante los intensos combates, tal como el ideólogo de la revuelta del 24 de abril, coronel Tomás Fernández Domínguez, así como Illio Capocci, André Riviere, Juan Miguel Román, Jacques Viau, entre otros; Balaguer ganaba simpatías con el Gobierno de Lyndon Johnson al ofrecerle garantías de estabilidad y de políticas anticomunistas durante una eventual administración suya en el país.

Al momento en que Caamaño firmaba el acuerdo que culminaba la guerra en septiembre de 1965 y que posteriormente lo alejaría del país para ubicarlo en una recóndita embajada londinense; Balaguer preparaba el terreno para presentarse como el candidato de la paz y ganar las elecciones de 1966 con el respaldo de los poderes fácticos.

La inevitable confrontación

En 1967, Caamaño abandonó la misión en Londres para entrar a la clandestinidad (finalmente se estableció en Cuba) para preparar su guerrilla con apoyo del gobierno dictatorial y totalitario de Fidel Castro. Mientras que la administración de Balaguer, en esa misma fecha y con apoyo de Estados Unidos, exterminaba a los subversivos y jóvenes de izquierdas que conspiraban para derrocarlo e implantar un régimen marxista-leninista.

La gota que rebosó la copa llegó en 1972 con la aniquilación de Los Palmeros que encabezaban Amaury Germán Aristy, Virgilio Perdomo, Ulises Cerón y Bienvenido Leal Prandy; quienes estaban supuestos a ser el apoyo urbano en la eventual guerrilla que establecería Caamaño tiempo después.

De acuerdo a testimonios de su primo Claudio Caamaño Grullón (ya fallecido) y documentaciones de la época, el coronel Caamaño se vio en la obligación de acelerar el desembarco de Playa Caracoles a pesar de que las posibilidades de éxito eran casi nulas.

En una de las intervenciones de Caamaño Grullón en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, este aseguró que luego del aniquilamiento de Los Palmeros, el héroe de abril de 1965 sentía que tenía un deber moral con sus hermanos caídos, por lo que llevó a cabo la intrépida acción el 2 febrero de 1973.

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