El Din Don, y no precisamente el del amor, anda rondando al Partido de la Liberación Dominicana (PLD). Parecería que, según las palabras del pueblo de a pie, los dirigentes responsables de la conducción del ascendido a mayor partido político del país, se cansaron de gobernar, de estar al mando de la cosa pública y están aparentemente haciendo hasta lo imposible por tomarse unas vacaciones que no se sabe si serían tan cortas como las del 2000. Al ritmo que van las cosas, la campana de la división del partido fundado por Juan Bosch están por repicar. Y no hay un aparente árbitro para cuando suene el “pin, pin, pin”. Si no se ponen de acuerdo ahora, para luego será tarde.

Posted in Dan de qué hablar, Edición Impresa, Opiniones

Más de opiniones

Más leídas de opiniones

Las Más leídas