No tiene el peso mandatario de una sentencia, ley o decreto. Sin embargo, sí representa un profundo mensaje cuya acogida debería ser un compromiso de la sociedad dominicana en su conjunto.

Se trata de la reflexión de la representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en el país, Alma Morales, durante el acto el pasado viernes del lanzamiento de una guía para la evaluación de la adherencia a los protocolos de atención obstétrica y neonatal. Esos instructivos o guías establecen la correcta vigilancia y el cumplimiento de los estándares e indicadores de calidad en la atención materno- infantil. “Ningún niño merece quedar huérfano, menos por un parto que es la condición más natural del mundo. Nadie debe morir por el parto. Ningún neonato debe morir en una intervención perinatal que esté basada en evidencia y que sabemos cómo hacerla”.

Esas expresiones deberían retumbar los oídos en quienes tienen responsabilidad directa e indirecta en aplicar los protocolos concebidos para evitar las muertes maternas durante partos y en los neonatos.

Y también debe ser acogido el llamado de la representante local de la OPS a los gineceo-obstetras y perinatólogos a romper los viejos paradigmas, dejar de “hacer más de lo mismo” y regir su práctica médica con apego a la historia clínica perinatal y a los protocolos de atención obstétrica y neonatal que establecen la correcta vigilancia y el cumplimiento de los estándares e indicadores de calidad en la atención materno- infantil.

Las estadísticas oficiales hablan de reducciones en las muertes maternas e infantiles. Eso no debe ser motivo para bajar la guardia. Al contrario, debería ser un aliciente para una más rigurosa y eficiente aplicación de los protocolos correspondientes.

Vale la pena insistir en la precisión de la funcionaria de la OPS de que los protocolos no buscan castigar al personal de salud, sino ayudar a identificar las oportunidades de mejora y de manera consciente percatarse cuando no se están haciendo las cosas a fin de evitar la muerte de la madre o el bebé.

Después de esa precisión, lo que queda es un mensaje a la conciencia de quienes deben aplicar los mecanismos. Ojalá y así lo entiendan y lo apliquen.

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