Si en algún momento el tema de la competitividad de la economía dominicana ha generado expectativas positivas, necesariamente tiene que ser ahora.
La designación y juramentación de los miembros del Consejo Consultivo del Consejo Nacional de Competitividad por parte del Poder Ejecutivo, simultáneamente con el nombramiento de ocho integrantes de la membresía privada de ese órgano llamado a liderar y coordinar las políticas y estrategias de competitividad del Estado dominicano, permite suponer que hay un decidido interés gubernamental por el tema.
El hecho de completar la integración del CNC y su ente consultivo refleja que el Poder Ejecutivo está en sintonía con el mandato de la Estrategia Nacional de Desarrollo, en el tema de la competitividad, de priorizar las alianzas entre Gobierno, empresarios y sociedad civil para lograr las metas de desarrollo social y económico sostenible de la República Dominicana.
En octubre pasado, mediante el decreto 389-17, el Poder Ejecutivo designó en el CNC a los empresarios Pedro Brache, Fernando Capellán, José Miguel González, Manuel A. Grullón, Luis Molina Achécar, Frank Rainieri, Manuel E. Tavárez y Felipe Vicini. Y a Ligia Bonetti, asesora industrial honorífica del Poder Ejecutivo, y en esa condición miembro del Consejo Nacional de Competitividad. Por el mismo decreto, escogió para el Consejo Consultivo a 28 hombres de empresas, formando un núcleo representativo de las distintas actividades económicas.
La plataforma para presentar propuestas de políticas públicas en el tema de competitividad está montada. El qué está planteado, ahora falta por descifrar el cómo. Pero por la riqueza de ideas que deben surgir, fruto de la diversidad de sectores e intereses representados en el CNC y su Consejo Consultivo, el abanico de ideas y propuestas está garantizado. Es un reto convertido en una meta. Como hay muchos dolientes involucrados en el tema, y con el interés mostrado por el Gobierno al momento de hacer la reactivación o formalización del CNC, el reto, ya perentorio, de poner al país en la ruta de la competitividad surge como una meta compartida.
Hay que aprovechar la oportunidad de que la productividad y la competitividad como temas están en su mejor momento. ¡A producir ideas y propuestas ya! que el tiempo se agota.
