La Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional vistió de gala la antesala al Día de las Madres este sábado 21 de mayo en su «Concierto para las Madres» en la sala Carlos Piantini, donde jóvenes violines hiceron vibrar el auditorio desde el afine de cuerdas y durante todo el repertorio preparado por el maestro Dante Cucurullo.
Las Cuatro Estaciones de Antonio Vivaldi fue sin duda y en consenso de la audiencia el plato fuerte de la gala. En su ejecución, las cuerdas solistas de Laura Linares, Leslie La Rosa, Eudys Jesús Segura y Abraham Santos, junto al resto de la orquesta, lograron plasmar impecablemente el celebrado carácter descriptivo de cada uno de los sonetos que componen esta obra, la máxima del genio del barroco tardío.
Las cuatro estaciones
Es importante recordar que Las Cuatro Estaciones (en italiano: Le quattro stagioni) es un grupo de cuatro conciertos para violín y orquesta. Cada uno está dedicado a una estación: La primavera, El verano, El otoño y El invierno. Fueron compuestos alrededor del año 1721 y luego publicados por el editor Michel-Charles LE Cène en 1725 en Holanda, junto con otros ocho conciertos para violín. Y es una obra tan maravillosa que sigue trascendiendo fronteras, versionada muchas veces en el género rock, así como al ritmo del jazz y hasta con ritmos latino-caribeños.
El trinar de los pájaros, el sonido del agua en los arroyos, los ladridos de los perros, disparos de escopetas y hasta el hielo de un lago congelado se representan en esta obra con una fuerza expresiva que se logra fundir en el esquema allegro-adagio-allegro, las formas de concerto grosso y concerto solístico, donde a veces sobresalen de los violines con varios solos uniéndose al violín principal. Estos cuatro conciertos forman parte de una serie de 12 conciertos para violín y orquesta, estrenados en Amsterdam en 1725, llamada La prueba de la armonía y de la invención.
El repertorio se completó con obras de los maestros Zoltan Kodaly, Mozart y Puccini. En ellas, las teclas de Di Blasio Taveras y las voces soprano de Raquel Payan y Sibelle Marquez completaron una gala íntima e inolvidable.
Un concierto de calidad
El espectáculo además sirvió de marco para dar muestras de la calidad técnica de la juventud de la Orquesta Sinfónica del Teatro Nacional. Su apostolado de promocionar el estudio y la práctica de la música en una vertiente orquestal quedó plasmado magistralmente en esta presentación que muestra el compromiso de la agrupación de ser un referente de prestigio del ámbito musical dominicano que destaque por la calidad artística de sus miembros.
La celebración del Concierto para las Madres contó con el apoyo del Banco de Reservas y la Fundación Amigos del Teatro Nacional.
