Desde que en 1892 Charles-Émile Reynaud proyectara sus “Pantomimas Luminosas” en el Museo Grévin de París, el mundo de la animación ha evolucionado mucho, se ha ganado el respeto de productores y espectadores y ha dejado de ser considerada un género menor dentro del sector cinematográfico.

Para conmemorar esa primera proyección en público que realizó el francés a mano de su praxinoscopio (aparato similar al zoótropo) cada 28 de octubre desde el año 2003, y por iniciativa de la Asociación Internacional de Filmes de Animación (ASIFA) se celebra el Día Mundial de la Animación.

A pesar de que la idea de contar historias a través de una serie de dibujos puede remontarse al antiguo Egipto o incluso antes, entre los que abrieron el camino a la animación que conocemos hoy en día encontramos al estadounidense Otto Messmer, autor de Félix el gato (1914), que fue el personaje del corto de animación más popular a nivel mundial. Y a los austríacos Max y Dave Fleischer que dieron vida a personajes como el travieso payaso Coco (1920), la seductora Betty Boop (1930) o el célebre Popeye (1930), creado originalmente por E.C. Segar para la publicidad de espinacas. El estudio Fleischer fue en su día el mayor competidor de Walt Disney.

“Entre los años 30 y 40 prácticamente todo lo relacionado con la animación lo hacía Disney. Los estudios que podían competir con ellos fueron desapareciendo poco a poco o se dedicaron a los cortometrajes, lo que dejó a Disney el monopolio de los largometrajes”, explicó a EFE Jordi Sánchez Navarro autor de La imaginación tangible. Una historia esencial del cine de animación.
Walt Disney alcanzó gran éxito en 1928 con las primeros cortos del ratón Mickey, y después con la primera película sonora Steamboat Willie. Fue así como sus estudios se situaron en la primera posición de las productoras de animación, tanto artística como comercialmente.

Aunque la verdadera magia llegó para quedarse en 1937, cuando la compañía del ratón estrenó su primer largometraje animado y a color, Blancanieves y los 7 enanitos. “A partir de ahí y hasta nuestros días cada vez que Disney presenta una película es un acontecimiento revolucionario porque sigue siendo el gran magnate de la animación”, apuntó el autor.

En Europa, entre los años 40 y 50 el animador húngaro-estadounidense George Pal creó un nuevo modo de animar con títeres a través de su mítica serie Puppetoons, en la que cada marioneta constaba de cientos de cabezas, brazos y piernas, lo que permitía una rica gama de posibilidades expresivas.

Más directores se lanzan a este fascinante mundo

En pleno auge de la animación hoy en día cada vez más directores se lanzan a este mundo, el último el español Pablo Berger (Blancanieves, 2012) que está trabajando en la adaptación de Robot Dreams, la novela gráfica de Sara Varon que cuenta la historia de una amistad entre un perro y su robot. Aparte de Estados Unidos, la consolidación de la animación llegaría también de la mano de un fenómeno cultural puramente japonés: el manga, impulsado por el dibujante Osamu Tezuka.

Posted in A & E

Más de gente

Más leídas de gente

Las Más leídas