El fin de semana pasado subió a escena en la Ravelo del Teatro Nacional el drama “Perseguidos”, de Carlos Alfredo Fatule, bajo la dirección de Jennie Guzmán.
Ver la obra en el ensayo final da una idea de sus aciertos, pero poca sobre la dignidad final de la puesta. Que mientras más ensayos, mejor resultado.
La historia, basada en la Biblia, es lo que Fatule imagina que pudo haber ocurrido en la Roma después de la pasión de Cristo, cuando los cristianos huían.
Lo más flojo fueron los decorados, aunque con el diseño de luces se ayudó a crear el ambiente cercano. Sin embargo, las actuaciones fueron dignas y honestas, con Yanet Betances en la bipolar Francesca, un personaje rico en matices; la Trifena de Vivian Fatule, el viejo Isaac de Francis Farini, enriquecido con texto en italiano en una canción que interpreta; y la Estela de Laura Alvarado, así como Julia (Lorendi Rosario) Pércida (Digna Carvajal), Vita (Clara Mancebo), Rufo (Carlos Pimentel) y otros. En el caso de Bruno (Ramón Hierro), el desempeño mereció quizás un poco más de relieve.
Uno de los momentos más altos de la obra es el dúo de Estela y Julia. La obra, que se podrá ver el viernes 13 en función extra, cuenta la historia de los romanos que eran la cabeza de la incipiente iglesia de Cristo en Roma del año 66, y esperaban la llegada del apóstol Pablo pero fueron perseguidos brutalmente por Nerón.
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