El pasado martes 20 de mayo quedó inaugurada la exposición tres + cinco, una propuesta que reúne el criterio curatorial de tres galeristas y el talento de cinco artistas visuales dominicanos. Juan Julio Bodden y Mildred Canahuate, con una trayectoria significativa en el galerismo, se integran a la visión contemporánea de David Pérez, y generan una colaboración intergeneracional entre lenguajes que conviven.
Una de las propuestas más libres y sensoriales de la muestra, donde lo abigarrado no es exceso, sino celebración del artificio de la belleza sin pretensiones, del gozo visual que, en su teatralidad, roza lo sublime, lo apreciamos en la obra de Frank Barnett.
Hay también una crítica incisiva, que no teme servirse del humor como herramienta de confrontación. La ironía se desliza entre las imágenes, desnuda prejuicios y rescata verdades incómodas. El sarcasmo visual se convierte así en vehículo de reflexión sobre lo social y lo simbólico, a través de la obra de José Levy.
En un registro más introspectivo, Wilson Abreu propone otro cuerpo de obra se sumerge en la representación de la personalidad como un territorio escindido. Las formas fragmentadas y los ecos expresionistas sugieren un mundo interior en disputa, que navega entre los monstruos que nos atormentan o nos penetran donde lo disonante revela lo profundamente humano.
El universo de la imagen digital y la cultura del selfie también se problematiza con agudeza. Las obras interrogan la necesidad contemporánea de mostrarse constantemente, y desplazan la experiencia por su documentación inmediata. Lo banal, entonces, se transforma en espejo crítico del presente por medio de las obras de Nelson González.
Y no podía faltar una voz femenina que articula preocupaciones sociales y ambientales desde una poética comprometida. La infancia desprotegida, la violencia estructural y la fragilidad del entorno se plasman en las obras de Iris Pérez, que no solo denuncian, sino que construyen sentido desde la forma.
Tres + cinco reafirma el valor del arte como espacio de encuentro, donde la diferencia no separa, sino que enriquece y vincula.