El marino mercante Richard Phillips actuó contrario a las recomendaciones dadas el 7 de abril de 2009, en que la Administración Marítima de EE.UU, siguiendo avisos de la OTAN, lanzó la recomendación a todos los barcos de mantenerse al menos a 600 millas náuticas de la costa en la zona del Golfo de Adén, en las costas Somalíes. Siendo el capitán del Maersk Alabama y ya en conocimiento de esos avisos activos, el 8 de abril de 2009, por orden suya navegaban a unas 250 millas náuticas cuando cuatro piratas somalíes abordaron el barco. Ese es el inicio de la historia en la que el mismo Phillips se convirtió en protagonista hollywoodiano al escribir un libro con su rapto por piratas somalíes. ¿Por qué existía un ambiente propicio para la piratería? Porque Somalia había desaparecido como Estado y era dominado por señores de la guerra que se repartieron el territorio, aunque en ese 2009 ya se daban los pasos para volver a la normalidad. Ser un “Estado fallido” es consecuencia de haber sido invadido por las grandes potencias occidentales y en este caso por tratarse de su ubicación geográfica estratégica. Con una obviedad pasmosa el filme banaliza la complejidad de los acontecimientos que rodean a Somalia y se empeña en moldear una imagen de piratas terroristas musulmanes africanos violentos listos para matar y robar. El filme responde a un momento en que a partir del 9/11 fueron realizadas varias películas cuyos villanos eran terroristas musulmanes sedientos de sangre, se crearon United 93 y World Trade Center, entre otras. Cito estas dos solamente porque cuentan con un común denominador en su narrativa cinética al aprovechar hasta la saciedad las técnicas documentales con las que se logra construir elementos obstructivos propios del documentales, es decir de cinematografía hecha a mano y sin planificación, aunque en este cine de ficción esos elementos obstructivos son pensados, planificados y producidos para que tengan esa apariencia documental. Pues bien, en el filme es posible percibir cierta inclinación por crear empatía por el jefe de los piratas y enmascara su orientación cuando al seducirnos con su estética y ritmo galopantes muestra el choque entre los que nada tienen y los que todo lo disfrutan. Y esta es siempre la visión del director Paul Greengrass, procura mostrar los conflictos generados entre derecha e izquierda, entre explotados y explotadores, entre muy pobres y muy ricos. Es un especialista en el hándicap –ironía dramática– de ‘conocer el final desde el principio’. En Netflix.

HHHH Género: drama. Duración: 135 minutos.

Posted in Crítica Cine

Más de cultura

Más leídas de cultura

Las Más leídas