Entre las características de los ciudadanos dominicanos establecidos por décadas en los Estados Unidos, muy particularmente en Nueva York, se destaca su apego por la cultura de la nación en la que nacieron, hasta el punto de que se esmeran más por conservarla que los que nos hemos quedado en el terruño cual plantas endémicas que no sobrevivimos en otras latitudes. María Alcántara, dominicana originaria de San Cristóbal, es una representante del fervor nacionalista criollo, sentimiento que la llevó a fundar la Casa Cultural Juan Pablo Duarte, en el condado de Kings (Brooklyn), en el estado de Nueva York.
La dominicana Alcántara le envió una carta al ministro de Cultura de la República Dominicana, Roberto Ángel Salcedo, fechada el 17 de junio del 2025, en la que solicita al funcionario “una pequeña subvención económica, directamente desde su despacho, para cubrir los costos operacionales de nuestras actividades, ya que desde aquí se podría interpretar como algo político y nosotros somos una institución apartidista y cultural con las puertas abiertas para todas las personas de la comunidad dominicana y Latinoamericana”.
En nuestro más reciente viaje a Estados Unidos tuvimos el honor de compartir con la señora Alcántara y otros representantes de la diáspora neoyorkina en la Casa Cultural Juan Pablo Duarte, donde se disfruta de un ambiente patriótico que promueve la vida dominicana desde su paisaje bucólico, música, gastronomía y nacionalismo.
La comunicación al titular de Cultura refiere que en la gestión de Milagros Germán se le entregó una carta a la entonces ministra “y nunca recibimos respuestas”. Alcántara indica que “en dicha misiva le explicaba las actividades que realiza nuestra institución”, que van desde su participación en las paradas dominicanas de El Bronx y Brookiyn, el Desfile Dominicano y el de New Jersey hasta una página en Facebook.
Esperamos que la carta a Salcedo tenga mejores resultados que la dirigida a Germán, de manera que la Casa Cultural Juan Pablo Duarte sea evaluada por el ministerio y pueda recibir la contribución económica que merece.