Con la combinación de estampados, texturas y colores atrevidos se pueden lograr espacios fuera de lo común
Aunque rompe con las reglas convencionales de la decoración como el “menos es más”, el estilo atrevido con sus mezclas de estampados y colores vibrantes promete un toque personal y carácter de nuestros espacios. A través del uso inteligente de colores vibrantes, texturas y estampados llamativos, es posible crear ambientes que no solo llaman la atención, sino que también transmiten una sensación de autenticidad y creatividad.
Las tonalidades, protagonistas
Uno de los recursos más eficaces para comenzar a experimentar con esta estética audaz es la combinación de colores. Aunque los tonos intensos como el fucsia, el turquesa, el esmeralda o el mostaza pueden parecer desafiantes a primera vista, existe un truco muy útil para integrarlos sin sobrecargar el ambiente: usar una base de tonos pastel. Colocar un fondo en colores suaves y neutros como el rosa pálido, el celeste o el lavanda, permite que los colores vibrantes se destaquen de forma armoniosa, sin resultar estridentes. Este contraste crea profundidad visual y permite que los elementos más atrevidos brillen con equilibrio.
Criterio y sentido en el balance
Es importante desterrar la idea de que lo fuera de lo común en decoración es sinónimo de caos. El uso de estampados asimétricos, patrones geométricos audaces, o incluso combinaciones de texturas como terciopelo, ratán, mármol o metal, puede parecer arriesgado, pero cuando se aplica con criterio y sentido del balance, el resultado es sorprendente y sofisticado. El secreto está en encontrar un hilo conductor: puede ser una paleta de colores coherente, un estilo decorativo definido, o incluso una temática que guíe la selección de cada elemento.
Además, añade la mueblería más allá de los tonos pasteles, y los cuadros con diseños llamativos.