Luis Córdova
Especial para elCaribe

Si algo dominan nuestros políticos es el arte de desaparecer. Diestros en hacerse notar, también muestran versatilidad a la hora de ausentarse. En algún momento tendremos que estudiar la fascinación, o una suerte de influencia, del ilusionista austrohúngaro Houdini en la política dominicana.

Para muestra dos botones: los numerosos proyectos presidenciales del PRM, se desmarcaron de la repartición de bonos (la “Brisita” huracanada cuyos vientos no han podido mover de sus asientos a responsables de lo que ha salido mal); y el otro, la proverbial disciplina de no aparecer en Navidad, aparentemente en respeto a lo dispuesto por el presidente, postergaran las aspiraciones.

En este último, afirman miembros de la base, que algunos dirigentes padecen la enfermedad de la tacañería “in extremis”, y que pasada la prescripción del temporal volverán a las calles.

Los de oposición son de lo más variados: las filas verdes recurren, como pueden, al reparto simbólico de cajas (lo digo por la cantidad), en un interesante desdoblamiento de discurso, pues por muy moralizante a lo Bosch (ahora con Manolo de fondo) la prédica dista del seguimiento a pie juntillas de la iconografía balagueriana al cerrar el primer cuarto del siglo 21.

Es al democristiano italiano Giulio Andreotti que se le atribuye la frase “el poder desgasta más a quien no lo tiene”. El 2025 encuentra a los opositores FP, metidos en su Congreso Ordinario (para evaluar el desempeño electoral y los ejes de su acción política) que concluye en febrero y da apertura al Congreso para escoger las autoridades orgánicas a todos los niveles y en todo el país; el PLD, aunque dice que terminó su X Congreso Reinaldo Pared Perez (algunos lo califican de exitoso aunque solo se concentró en la cúpula), la verdad es que no se definió la renovación o confirmación de los cuadros en los territorios, cosa que ni el más connotado metódico morado puede explicar en qué espacio o por cuál vía completará el proceso.

El gobernante PRM, tiene problemas de ritmo. Elegir las autoridades partidarias antes que el candidato presidencial, plantea de entrada un problema para compactar fuerzas acercándose tanto a las elecciones de 2028. ¿Mantendrá para 2026 el congreso interno? ¿Se limitará a escasas sustituciones y congregar a la masa tipo peledé cuando ungía como guía o maestro a quien detentaba el poder?

Si la oposición ha resuelto lo de sus cuadros internos, si el PRM mantiene frenado (de alguna manera) a los presidenciables y dejan para el año próximo la convención… la pregunta se desprende ¿será 2025 un año para el ocio político?

Según Hannah Arendt en The Human Condition (1958), la política debería ser un espacio de acción colectiva y responsabilidad compartida, pero cuando la holganza predomina, se socava la esencia de la vida pública, y genera desafección ciudadana.

La holganza en política, evidente en muchos, puede interpretarse como un fenómeno donde los actores políticos o las instituciones adoptan una actitud pasiva o negligente frente a los desafíos sociales, económicos o culturales que requieren su atención. l

Siempre es bueno traer un poco de poesía, Francisco de Quevedo por ejemplo: “el ocio es la madre de todos los vicios”.

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