Recuerdo el momento del lunes 23 de agosto del año 1976, cuando mi madre, la profesora Aurea Feliz nos complació a mi hermano gemelo Rafael (ido a destiempo) y quien escribe para poder ir al concierto de las Estrellas de Fania en el Estadio Olímpico. Nos trasladamos desde Barahona a Santo Domingo. Y nos disfrutamos ese histórico concierto de Salsa. 47 años después de esa histórica presentación, al escribir una entrega de la Declaración Conjunta para la Alianza Estratégica entre República Dominicana y Puerto Rico, de 11 acuerdos de cooperación firmados el 2 de diciembre de 2021 en Santo Domingo.

Un amigo residente en Río Piedra, me saluda expresándome que esa Alianza es entre el Merengue y la Salsa, y me dice que escriba algo de esos ritmos, y me quedé con ese compromiso. De eso hace unos 12 meses y de nuevo me lo recuerda. ¿Acuérdate del artículo? le dije ¡No soy conocedor de esos temas!, sí te puedo decir que me fascina la letra y el ritmo de Salsa.

Para complacer al amigo, aquí va el trabajo, respecto los que tienen conocimientos sobre la música, cualquier respuesta seria de agrado. Es importante apuntar que en República Dominicana hay una emisora que toca las 24 horas Salsa y no hay una de Merengue. Algo que no entiendo.

Vamos a empezar, tengo anotaciones que dicen de la diferencia entre el merengue y la salsa. Al ritmo criollo lo definen sus dos compases, mientras que a la salsa cuenta cuatro. El merengue suena como un desfile de soldados: uno, dos, uno, dos. La salsa en cambio es una descarga cardiaca, de la clave, en cuatro latidos: tic, tic… tic. El merengue es poco flexible. La salsa es más versátil. El primero te divierte con pocos compases y el segundo necesitas más.

El merengue es patrimonio cultural e inmaterial de la humanidad, es decir que tiene su apellido dominicano y la salsa es de Puerto Rico. Ambos pueblos bailan a ambos ritmos hasta el último set.

Es así que cuando el embajador dominicano ante la Unesco en ese entonces, José Antonio Rodríguez, pidió que la salsa, al igual que el merengue y la bachata, sea declarada Patrimonio Cultural e inmaterial de la Humanidad ante la Organización de las Naciones Unidas para la, la Ciencia y la Cultura (Unesco) la propuesta fue apoyada por un grupo de artista y especialista en el tema.

Pero esa propuesta provocó muchas controversias en las redes sociales, en particular entre artistas y musicólogos cubanos, que defienden que la salsa es un ritmo comercial y que su base musical es el Son de Cuba. Y los amantes de la cultura musical cubana solicitaron a la Unesco que declare al Son Cubano a favor de Cuba como patrimonio de la humanidad.

Para terminar amigo Radhamés, ambos bailes se caracterizan por ser dinámicos con pasos continuos donde se debe mantener el compás del ritmo con su pareja.

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