NUEVA YORK, EE.UU. En mis nuevas andanzas por la ciudad de Nueva York observo que la popularidad del congresista Adriano Espaillat, de origen dominicano, sigue alta.

Las veces que visito esta ciudad, casi siempre en labores profesionales, hago contacto con dirigentes de la comunidad dominicana. ¡Y proclamar que la diáspora dominicana por estos lares neoyorkinos se siente!
El pasado jueves conversé con el reputado médico dominicano Rafael Lantigua y, como suelo hacerlo, lo consulté respecto a cómo se sienten los quisqueyanos en Nueva York.

También le pregunté sobre las nuevas acciones de Espaillat en su trabajo de legislador del Partido Demócrata en la Cámara de Representantes. Su reacción fue positiva.

En septiembre del 2022, tras una escala que hice en esta ciudad -había viajado a Las Vegas, Nevada, a cubrir una pelea del boxeo mundial en la que compitió el boxeador mexicano Saúl “Canelo” Álvarez-, me motivé y hasta escribí un artículo en el que resalté el trabajo que con asiduidad realiza Adriano Espaillat en el Congreso, principalmente en beneficio de la comunidad hispana, con hincapié en los inmigrantes quisqueyanos.

Cito algunas de las líneas contenidas en el referido texto: “Como el periodismo tiene la función de dar a conocer la realidad, y sin nunca distorsionarla, mi gran misión es narrar los hechos en el marco de la objetividad profesional.

Lo que percibo respecto al congresista Adriano Espaillat es justamente su afán porque los hispanos lleven una vida decente, abrazada al progreso y que como inmigrantes tengan los mismos derechos que los ciudadanos estadounidenses.”

Espaillat, que además de asambleísta es catedrático del Departamento de Ciencias Políticas del Colegio Universitario de la Universidad de la ciudad de Nueva York (CUNY, por sus siglas en inglés), siempre se muestra presto a escuchar las quejas de los hispanos. Quejas que son justas debido a que muchas veces no tienen los beneficios que les pertenecen como ciudadanos.

Mientras caminaba por el Alto Manhattan junto a mi viejo amigo Evaristo Espinal, un maestro de escuela pública en esta ciudad –y quien fue mi compañero en el Colegio Universitario de la UASD-, me tropecé con varios dominicanos, entre ellos Salvador Benavides. Indagué también sobre el trabajo de Espaillat y tuvieron la misma reacción: un congresista de avanzada, que legisla en favor de los inmigrantes hispanos.

De manera que si Adriano Espaillat, en su rol de legislador, es sometido a un examen con una valoración de diez, sacaría todos los puntos. ¡Una excelente calificación!

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