“Visión 2030: el futuro que queremos para el Chad”, a ser implementado mediante planes consecutivos a partir de 2017-2021. Eso se leía entonces en documentos auspiciados por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo y el Programa Mundial de Alimentos; pero el 20 de abril de 2021 muere en combate ante un grupo de rebeldes el presidente de Chad general Idriss Déby.
Sin estabilidad política y más aun, al margen del efectivo funcionamiento del Estado, no es posible lograr el progreso de los países. África y el Chad no podrán ser la excepción.
De ahí que asumiendo como concepto que “el Estado es el más alto nivel de organización de la sociedad”, es un punto de partida para mejor entender lo que acontece.
Chad es el país con el más bajo Índice de Desarrollo Humano-IDH- del mundo, después de Sudán del Sur.
El territorio que ocupa el Chad tiene más de 7 mil años de presencia de variadas culturas. Su extensión territorial actual es de 1 millón 284 mil kilómetros cuadrados para una población de 18 millones 279 mil habitantes.
Chad se independiza de Francia en 1960, y 63 años después aún no logra constituir un Estado que sea el “más alto nivel de organización de la sociedad”.
Predomina la confrontación entre grupos religiosos o étnicos. En el 1979 rebeldes del norte musulmán ponen fin a la que había sido la hegemonía del sur cristiano. Se generan a partir de entonces dos dictaduras consecutivas que suman 41 años, la última de las cuales duró 30 años y su presidente fue precisamente el ya referido Idriss Déby. A partir de su muerte se crea un llamado gobierno de transición con una junta militar presidida por su hijo Mahamat Déby, general de 39 años de edad. La junta se comprometió con la celebración de elecciones en 18 meses, que se cumplen en abril de 2024.
Procede destacar que Idriss Déby siempre había convocado elecciones las que había ganado consecutivamente por seis ocasiones con más del 70% de los votos, lo que recuerda al sátrapa Rafael Trujillo en la República Dominicana.
Lo relatado más que la trascendencia de los propios personajes y hechos, se hace como evidencia de lo que tanto acontece en África en la actualidad, una de las principales causas de su gran atraso.
El Chad está dotado de recursos naturales incluido petróleo, fuentes de energía renovable, grandes espacios y una población joven que si alcanza una educación de calidad indudablemente que se superarían las dificultades.
“Visión 2030: el futuro que queremos para el Chad”, aún sea para otra época y circunstancias, será posible.