La humanidad celebró fin de la Segunda Guerra Mundial; saludó el final de la Guerra Fría al disolverse la Unión Soviética, en 1991. Era adiós a la carrera armamentista, amenaza nuclear y tensiones. El enemigo, la Unión Soviética y el comunismo, habían desaparecido. Pero transcurridos más de 30 años parece venir otra Guerra Fría, otro período de tensiones, tristemente. La Unión Europea decidió aumentar presupuesto de defensa a 5% del PIB, rearmarse y reactivar la OTAN, dada una nueva amenaza de seguridad que asoma: la Rusia actual, no comunista, pero encabezada por un autócrata con impulsos imperialistas y belicoso llamado Vladímir Putin. Como ya lo sabe bien Ucrania.