Con el fin de frenar el vertiginoso aumento de población, que se entendía atentaba contra el crecimiento económico proyectado, las autoridades chinas implantaron en 1979 la política de un solo hijo. Oímos historias desgarradoras de su cumplimiento y sí, lo lograron; pero ahora tienen problemas de falta de natalidad y envejecimiento poblacional. En 2016 cambiaron a la política de dos hijos y ahora es noticia la de tres hijos, decidida a raíz de que en 2020 se registrara el menor número de nacimientos en seis décadas. Pero muchos creen que no se verá el impacto deseado si no se acompaña de acciones de apoyo a la vida familiar, como ayuda económica para educación y acceso a guarderías.

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