Cifras macroeconómicas ocuparon el grueso de la tercera rendición de cuentas del presidente Luis Abinader y era de esperarse. En 2022 crecimos 4.9 %, pese a la actual incertidumbre mundial; tuvimos números récord en turismo e inversión. Esos indicadores significan crecimiento de la riqueza y así, resultan políticamente muy relevantes. Bien, Abinader aprueba en economía, a dos años y medio de su gobierno se mantiene nuestra expansión de PIB de cinco décadas. Sin embargo, no hubo cifras en cuánto al desarrollo humano, que se supone es el objetivo del Gobierno. ¿Crecimos en 2022 en calidad de educación y salud, en bienestar de la gente? No se dijo, no se sabe.

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