Sin desmedro al nombre artístico del universal actor mexicano Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes (Mario Moreno, Cantinflas), cuyos personajes cómicos deleitaron a varias generaciones y nos siguen deleitando; partiendo del significado que el Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) define la palabra “cantinflas”: persona que habla o actúa como Cantinflas, de manera disparatada o incongruente y sin decir nada con sustancia, he querido titular este artículo para referirme a las actitudes de cierto personaje criollo, no del arte y la cultura sino del espectro periodístico y comunicacional en su versión más cercana a la política e ideología de derecha o de extrema derecha.

El verbo de tal acepción es “cantinflear”, como tal, significa hablar o actuar de manera incongruente y disparatada sin decir nada con sustancia. De esto resulta que quien cantinflea es un cantinflas y por tanto actúa o habla cantinfladas.

En el buen arte del actor Cantinflas, su actuación y su verbo guarda un importante significado en el cual caracteriza la realidad socio económica y cultural de múltiples personas de extractos sociales humildes en sus variados oficios, tales como chiriperos, barrendero, policía, sacerdote, entre otros, pudiendo verse cada espectador como en una especie de retrato. Y lo hacía muy bien. Hoy se le recuerda con admiración y reconocimiento. En el buen arte de la política, en cualquier manifestación ideológica, se debe ser auténtico, coherente, congruente y, sobre todo, basarse en la realidad comprobada, que es la verdad. De lo contrario, se cae en la distorsión. Claro, me refiero a la política que se ejerce por convicción, no por encargo.

Este contexto permite describir la actitud de cierto personaje que se dedica a desacreditar, por este medio, procesos revolucionarios y progresistas en el marco de una geopolítica que apunta a la multipolaridad, mientras potencias en declive, como los Estados Unidos de Norteamérica, persisten en mantener la unipolaridad, pretendiendo cerrar el camino que aceleradamente recorre la República Popular China, especialmente en Latinoamérica y el Caribe, posicionándose como la primera economía mundial.

De este modo, cualquier intelectual, escritor, político, comunicador, artista, y más, que quiera referirse a la situación general o particular de determinadas naciones, como Cuba, Venezuela, Nicaragua, tiene necesariamente que partir de la realidad lógica, no de una realidad construida, impuesta a través de estrategias malsanas, interesadas y manipulaciones que llevan a la cultura de los fake news.

Hablar, por ejemplo, del chavismo y no partir de la génesis que ha llevado a la República Bolivariana de Venezuela a la situación que vive hoy y las anteriores que le ha impuesto el imperialismo norteamericano, es una incongruencia que solo justifica, desgraciadamente, la petición de un amo.

Queda claro que quien se dedica al descrédito de líderes y procesos políticos y sociales, distintos a los de su amo, no es más que un Cantinflas con su traje político de ultra derecha y seudo intelectual que actúa y expresa sin sustancia lo encomendado. Y, consecuentemente, sus argumentos no pasan de ser cantinfladas.

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