Cepal descubre “hilo en bollito”

El Centro Económico para América Latina y el Caribe (Cepal) publicó recientemente un informe crítico sobre el sistema de fondos de pensiones de los países de esa región, en el cual cita las debilidades de ese sistema en nuestra nación y en otras.

Uno de los puntos observados es el relativo a la tasa de reemplazo en República Dominicana, es decir el porcentaje de ingresos en la jubilación con respecto a los ingresos previos como trabajador activo, que es de apenas de un 22.8%, la más baja en la región. Eso representa la mitad del mínimo de 45% establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Eso quiere decir que el trabajador dominicano recibirá una ínfima cantidad de dinero “para mal vivir” a partir de los 60 años, cuando se establece el tiempo de jubilación con beneficios normales de pensión, si ha cumplido con el aporte de 300 cotizaciones, sino lo ha hecho los puede recibir divididos en cuotas hasta de 110 años, cuando la expectativa de vida es de unos 75 años.

A eso se agrega que los jubilados se quedan sin seguro médico fuerte, cuando más necesitan recursos para combatir las enfermedades más atacantes al cuerpo envejeciente.

También, el informe se refiere a las desigualdades y privilegios de los distintos programas de pensiones en República Dominicana, entre ellas las otorgadas a funcionarios y otros servidores de los bancos Central y de Reservas, las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, la judicatura, los legisladores, los profesores, la Universidad Autónoma de Santo Domingo y los médicos.

El punto más desigual de esas pensiones es que son pagadas con gran parte de recursos provenientes de impuestos aportados por todos los ciudadanos y suelen ser más altas en comparación con los cotizantes en el sistema privado de seguridad social.

El Congreso Nacional debe incluir los puntos críticos citados por la Cepal y otros en la pendiente modificación de la Ley 87-01 de Seguridad Social, para que todos los trabajadores, sin exclusión, ni privilegios, podamos disfrutar de un retiro digno y acorde con los aportes realizados a la sociedad a través del trabajo y el pago de impuestos.