Consensos necesarios por el bienestar del país

El 16 de agosto del año 2002, presté juramento para el primero de cuatro periodos como Diputado, gracias a la reiterada confianza que recibí de parte del electorado.

El 16 de agosto del año 2002, presté juramento para el primero de cuatro periodos como Diputado, gracias a la reiterada confianza que recibí de parte del electorado. A dicha posición llegué con muchas iniciativas, teniendo claras las funciones que ahora debía cumplir. Había sido elegido para representar, fiscalizar y legislar. Desde ese entonces la bancada la que me ha tocado integrar nunca ha sido mayoritaria, lo era la del PRD, más aún en el Senado y desde luego el desempeño del ejecutivo. Cuatro años más tarde cambió todo de color pero no de realidad, pues a partir del 2006 el PLD obtuvo una mayoría mecánica, que en ocasiones llega a ser de hasta dos tercios de la matrícula como hoy día, también con el ejecutivo y hasta la justicia.

A partir de esta realidad, decidimos avocarnos a asumir una estrategia que me permitiera avanzar con mis iniciativas.
Obviamente, al formar parte de la minoría, no podía apostar solo a lograr la aprobación de mis correligionarios, sino que debía estar en comunicación constante con los de la acera de al frente. Si quería lograr algo, tendría que hacerlo en base al consenso con diversos sectores que no necesariamente compartían visión conmigo y eso es más fácil de escribir que de conseguir. Desde luego, no podía solo depender de conversaciones cerradas uno a uno con cada colega o incluso bloque a bloque. Tenía que incluir a la sociedad extra-parlamentaria y extra-política en las discusiones, de modo que no se tratara solo de una propuesta del Diputado Bisonó, sino de una que los electores reconocieran como valiosa.

Así, aprobamos la Ley 170-07 de Presupuesto Participativo Municipal, involucrando a los vecinos en la confección del gasto de las Alcaldías para un gobierno más cercano. Igual, tras una década, logramos la 631-16 que reemplazaba la anterior ley de armas, adecuando nuestra legislación a los desafíos actuales en materia de seguridad. También, la Ley 171-07 que ofrece incentivos a los pensionados de fuente extranjera para fomentar ese mercado. Junto a esto, también formamos parte de la Ley de Quiebras, de Sociedades Comerciales, de Competitividad, de Energía y diversas otras que facilitaran la actividad privada en el país. Porque cuando se tiene voluntad y convicción, lograr consensos en torno a lo que el país necesita puede ser difícil, más no imposible, aún desde la minoría, pensando en el bienestar del país.

No adherirse a iniciativas compartidas, bajo el entendido de que un fracaso del rival, equivale a un éxito propio, solo conlleva a la improductividad, dejando de paso severos lastres para la población en sentido general y como vemos al final del camino que no se haya aprobado el pacto eléctrico, que no tengamos ley de responsabilidad fiscal, ni reforma laboral, perjudica inequívocamente al desarrollo del país.

Finalmente, hay que preguntarse por qué los que han tenido una mayoría absoluta, no se han abocado a la ejecución de dichas Reformas. Yo prefiero decidir por lo que conviene al bienestar del país.

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