Se considera la importancia de esta zona en función de su producción agrícola de rubros más propios de zonas frías, que de una isla dentro del trópico caribeño, su potencial turístico y deportivo, según se perfila su actividad económica de los últimos años. Algunos economistas y especialistas de la producción, sitúan en más de un 5% su contribución al Producto Interno Bruto (PIB). La altura del valle varía entre 1,150 m y 1,250 metros sobre el nivel del mar, alcanza niveles superiores entre los dos cordones que lo hacen un valle intramontano de la cordillera Central. Constanza, ciudad, es la más alta del territorio dominicano y probablemente, de Las Antillas. Las estadísticas reflejan que la temperatura promedio anda por 18.4° C. El promedio de enero es de 16.3° C y la de agosto, mes más caliente del año, 19.8, variando hacía más frio en los alrededores de la ciudad. No se le ha dado la importancia capital, que la zona tiene, como generadora de aguas en sus cuencas hidrográficas, vertidas hacia básicamente el este, sur y norte y algo hacia la vertiente oeste. Al considerar a Valle Nuevo dentro de sus áreas productivas, a más de ser ruta hacia ese punto, concluimos que el nombre de Madre de las aguas, le encaja muy bien. Según los registros el promedio de lluvias anda por los 60 mm mensuales con variaciones considerables según los años. El uso irracional de ese recurso agua, ha ocasionado condiciones que bien pudieran resultar irreversibles o de difícil rescate, dando a pensar que esto puede generar condiciones críticas mucho más allá que Constanza y sus alrededores e influir de manera negativa en términos de agua aprovechable y vital para nuestra existencia como nación. El dominicano no cuenta entre sus características esenciales, ser previsor y mirar más allá de unos pocos días. Es preciso trabajar en la concientización del uso racional del agua, como recurso perecedero y hacer valer la legislatura que la protege y regula. La modificación caprichosa de las condiciones naturales, y el abuso indiscriminado de los que le sobran recursos y les falta conciencia nacional, en algún momento pasan factura y siempre en forma de excesos. El Ministerio de Medio Ambiente debe jugar un papel primordial en el diseño e implementación del futuro hídrico de nuestro país y el Gobierno central debe dar el soporte económico precisado para hacer congruentes objetivos y accionar. No bastan poses, declaraciones ni noticias, que eviten la deforestación, proteger el medio ambiente y revertir el proceso de deterioro de nuestros recursos naturales. Eso no se hace en los periódicos. Hace falta acción, decisión, voluntad y valentía, para enfrentar una problemática compleja de un tema tradicionalmente marginado en los planes oficiales y utilizado en los programas de gobierno de los partidos y descartados al llegar al poder. La población adquiere más conciencia y las redes sociales se encargan de difundir lo que antes pertenecía al anonimato nacional, siendo cada ciudadano “periodista” del diario “Nuestra nación” armado de cámara y grabadora, para convertir los excesos en denuncias de interés colectivo.

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