Por su cargada agenda para atender asuntos de Estado, se nos olvida que Abinader, además de Presidente de la República, es dirigente y líder del PRM, partido que lo llevó al poder. En tal virtud, no puede desvinculársele de su organización ni de su militancia, pero hay que cuidar las formas, las que son transgredidas cuando el Palacio Nacional confecciona su agenda, como la de ayer para la provincia Duarte, y entre sus ocho actividades oficiales incluye la siguiente: “Encuentro con la Dirección Política de la Circunscripción 2, en Castillo”. No debiera figurar este tipo de actividad política partidista en la agenda oficial. Cuestión de forma a atender, y más ahora que la JCE está exigente.

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