La presencia ayer del presidente Luis Abinader en el rehabilitado canal de La Vigía, unida a la reiteración por parte de la Misión Permanente dominicana ante la OEA para que su Consejo reciba en audiencia al canciller Roberto Alvarez, es indicativo de que la confrontación seguirá en sus buenas. Si bien hay cierto repliegue si llegare a concretarse la flexibilización del cierre de la frontera sin que se haya paralizado la construcción del canal, lo que se tenía como condición sine qua non, nadie puede decir que bajará la temperatura. La apertura, aunque sea parcial, tumba algunos discursos, pero la convocatoria a la OEA es señal de que se prestará importancia a ese terreno, pese a que Haití ha ignorado por completo el llamado del organismo hemisférico.

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