El sabio del barrio o del pueblo aconseja que siempre hay que guardar las apariencias, con lo que sugiere que se debe actuar según las circunstancias y el lugar donde se esté. El presidente de la Cámara de Diputados, el profesor Radhamés Camacho, parece que no aplicó ese concepto durante su intervención para apaciguar los ánimos en un reciente de los frecuentes incidentes en que se ve envuelto el diputado Pedro Botello, quien estaba hablando y era interrumpido por otro colega, Manuel Díaz. Camacho, como si estuvieran en una reunión en un local del PLD o en una partida de dominó, le repitió tres o cuatro veces “Manuel te estoy” mandando al orden. Nada de honorable diputado. ¡Camaradería sin Parlamento!

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